Mató a un policía y temen que quede en libertad

La familia del cabo de la Policía Gabriel Nahuelcar, asesinado en la mañana del 1 de enero de este año en el barrio Peñi Trapun, de Cutral Co, teme que el 6 de mayo, cuando venza la prisión preventiva, el único imputado quede en libertad. La tramitación de la causa quedó en medio de las restricciones del Poder Judicial por la pandemia de coronavirus.

El primer día de este 2020, Nahuelcar concurrió al barrio Peñi Trapún de Cutral Co en su motocicleta para intervenir en un disturbio que le siguió al incendio de una vivienda. Allí se encontraba un grupo de personas con antecedentes protagonizando la bataola.

Cuando todo parecía calmado y los uniformados decidieron retirarse, Nahuelcar recibió un disparo por detrás que le traspasó el casco y se le incrustó en la nuca. Su muerte ocurrió minutos más tarde. La pericia determinó que el disparó fue a unos 70 metros de distancia con un arma de grueso calibre.

La investigación dio sus frutos dos días después, cuando la Policía detuvo a José Luis Espinosa en el “Puesto Rojas”, en la zona rural de paraje Challacó, donde se había ocultado. La detención del sospechoso no fue sencilla. Éste se resistió a los tiros hasta que un plomo de 9 milímetros le perforó el estómago y lo dejó fuera de carrera. Herido, fue llevado en ambulancia y quedó internado en el hospital Castro Rendón, donde se recuperó y se le dictó su procesamiento con prisión preventiva.

“Necesitamos que la comunidad nos acompañe como lo ha hecho, pero ahora para que este asesino que nos quitó a nuestro hijo no quede en libertad como su padre”, dijo compungido Luis Nahuelcar, padre del cabo asesinado, ante la incertidumbre de qué puede ocurrir el 6 de mayo cuando se cumpla el plazo de prisión preventiva.

En diálogo con Noticiero Central, por 24/7 Canal de Noticias, Nahuelcar y su esposa reclamaron a la Justicia que extienda la cautelar impuesta y que el imputado llegue al juicio entre rejas.

El padre de José Espinosa fue beneficiado con la prisión domiciliaria, el mismo día en que debía comenzar a ser juzgado por el asesinato de Matías Moreno, también en el barrio Peñi Trapún, en agosto del año pasado, que fue suspendido por la imposibilidad de desarrollar una audiencia presencial por la pandemia de coronavirus.

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