De víctima a victimaria, en una cruda historia de violencia

Cuarenta y dos de sus 45 años de vida fueron de abusos y vejámenes de todo tipo. Desde el abandono a los 3, los rechazos a ser adoptada, los abusos sexuales que comenzaron a los 8, el primer embarazo no deseado a los 12, la pérdida de un bebe en un incendio y ponerse a cuestas, sola, la crianza de siete hijos, marcaron a fuego la vida de Sara. Hoy, esta mujer enfrenta un proceso judicial que, si se la encuentra culpable, podría llevarla a prisión de por vida.

Sara está acusada de haber asesinado a Roque Mora, su ex patrón de 73 años en el domicilio de Plottier donde trabajó durante unos meses cuidando a la mujer postrada del hombre.

El 11 de julio la hija de Mora fue hasta la casa de Rivadavia 235 de Plottier y encontró a su padre asesinado. Presentaba golpes y puñaladas.

El relevamiento de las cámaras de seguridad del vecindario la captaron a Sara, como también a otras mujeres que trabajaron en lo de Mora, entrar a la casa. Cuatro días más tarde le llegó a la casa una citación para declarar como testigo en la comisaría. Y allí fue, a las nueve de la mañana.

Hubo un interrogatorio que concluyó con una confesión: “no lo quise matar… no lo quise matar”. Estaba frente a un funcionario policial y a la fiscal María Eugenia Titanti. Ese mismo día fue detenida. La acusaron formalmente y le dictaron dos meses de encierro en el penal de mujeres.

Este jueves, ya con Sara con dos meses de prisión domiciliaria en la casa de una hermana, Roxana Machmar, su hija, brindó su testimonio en la segunda edición de Noticiero Central por 24/7 Canal de Noticias.

Contó la sórdida historia de su madre, a la que defendió a capa y espada y reclamó a la Justicia que el caso sea contextualizado en lo que ha sugerido la Corte Suprema de Justicia: se lo mire bajo la perspectiva de género.

“Mi mamá fue una persona que siempre tuvo sufrimientos y fue absolutamente abandonada por el Estado”, pero que sobrellevó como pudo, pero con coraje y entereza, lo que tuvo por delante.

“Estamos devastados como familia; somos siete hermanos y los menores están al cuidado mío. Lo único que tenemos en la vida es nuestra madre, que es nuestro pilar. Nunca recibió ayuda y siempre salió adelante” afirmó Roxana.

“Mi madre fue una niña muy indefensa, que estaba en la vida como diciendo ‘vengan y sírvanse’, dijo, al referirse a los abusos sexuales que comenzaron a temprana edad en el seno de su familia.

Sobre el día del crimen, Roxana relató que su madre, acuciada por problemas económicos, fue a la casa de Mora para pedirle nuevamente trabajo, sin saber que la esposa había fallecido. “Ahí él se aprovechó y le ofreció dinero a cambio de sexo; mi madre se negó, se resistió, él la forzó, le dejó un moretón en un pecho, se le tiró encima y mi madre en ese momento se perdió. Eso es lo que nos dijo”, señaló.

“Mi mamá no fue a robar en esa casa, fue a pedir trabajo” afirmó, porque la pandemia le impidió seguir vendiendo, casa por casa, bolsas de residuos.

“Le pido a la Justicia que la juzgue bajo la perspectiva de género, por todo lo que ha vivido y lo que ocurrió ese día”, reclamó.

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