Del descanso a la pesadilla criminal, en Las Grutas

Lo que debía ser un merecido descanso, en la pasividad que ofrece Las Grutas en marzo, fue una verdadera pesadilla de 4 horas para una mujer, que fue golpeada salvajemente por su pareja en un ataque de celos, la amordazó para que no gritara y luego la obligó a tomar clonazepam. El hombre de 66 años fue detenido y le formularon cargos por intento de homicidio, además quedó preso con prisión preventiva.

Armando Morales tiene 66 años, fue imputado  por tentativa de femicidio, lesiones leves agravadas, privación de la libertad y amenazas coactivas. El Ministerio Público Fiscal lo acusó de haber atacado a su pareja con piñas y patadas en el estómago, mientras ambos se encontraban de vacaciones en Las Grutas. 

Según la Fiscal Paula de Luque, entre la noche del 8 y la madrugada del 9 de marzo. el imputado intentó dar muerte a su pareja durante una discusión. "El hombre inició una discusión por celos, luego comenzó a gritarle e insultarla para agredirla con golpes de puños en el rostro y cuerpo a su pareja, ocasionándole diversas lesiones”.

Cuando la víctima comenzó a pedir ayuda, el hombre le puso un trapo en la boca para impedir que gritara; la arrojó en la cama, luego al piso”, y le pegó “patadas en el estómago, se puso sobre ella y la comenzó a asfixiar con sus manos” mientras la amenazaba y la obligaba “a ingerir gotas de "clonazepam" que la víctima intentaba escupir

La fiscal explicó que “cuando la víctima comenzó a pedir ayuda, el hombre le puso un trapo en la boca para impedir que gritara; la arrojó en la cama, luego al piso”, y le pegó “patadas en el estómago, se puso sobre ella y la comenzó a asfixiar con sus manos” mientras la amenazaba y la obligaba “a ingerir gotas de "clonazepam" que la víctima intentaba escupir”.

"Luego de varias horas, cuando la policía se hizo presente en el lugar, la tomó de los brazos y le dijo 'no digas nada sino vas a ver lo que te pasa'". En este punto, enfatizó la Fiscal a la hora de calificar los hechos como tentativa de femicidio. Destacó que el ataque “sólo pudieron ser interrumpidos por la intervención de terceras personas", en alusión a vecinos que alertaron al 911.

Como sustento probatorio detalló que, en principio, cuentan con la denuncia de la víctima, que pudo realizar “varias horas después”, en la que relató los hechos y la escalada de violencia a la que se vio sometida entre las 23 horas y las 3:30 de la madrugada; y el certificado médico que acredita las diversas lesiones. Se refirió además a los resultados de la intervención de la Oficina de Atención a la Víctima.

La fiscal solicitó prisión preventiva argumentando que el hombre puede entorpecer la investigación enfatizando en la conducta desplegada, las amenazas coactivas y la interrupción de los hechos por motivos ajenos a su voluntad.

“En libertad, como mínimo y tal como sucede en estos casos, el hombre podría intentar comunicarse con ella para convencerla de que retire su denuncia”. Además referenció que no sólo la víctima siente temor, “los propietarios del departamento que alquilaban, que fueron quienes alertaron a la policía, también lo expresaron ante la referente del Servicio de Asistencia Técnica que intervinieron”.