Hallaron en un campo el veneno que mató a un cóndor

El daño que provocan los pumas y zorros en las majadas y rebaños lleva a los puesteros a tomar medidas radicales como esparcir cebos envenenados en diferentes sectores de los campos sin importar los daños colaterales como la muerte de otros animales, algunos en riesgo de conservación como el cóndor andino. Ante el hallazgo de un ejemplar envenenado que estaba monitoreado, se inició una causa en la que se realizó un allanamiento y se encontró un bidón con el mismo veneno utilizado, el cual está prohibido su uso desde el año 2018.

La Secretaria de Ambiente y Cambio Climático de la provincia realizó la denuncia correspondiente en la Unidad Temática Fiscal 6 de Bariloche que tomó intervención y se ordenó un allanamiento con resultado positivo. El personal policial llegó a un campo de El Caín, a unos 90 kilómetros de Maquinchao en la Meseta de Somuncurá y comenzó una extensa requisa para tratar de dar con el veneno utilizado en el cebo.

En un galpón encontraron un bidón de Furafam 48 como se comercializa el carbofurán que coincide con los restos encontrados en las vísceras del cóndor muerto a mediados de agosto a muy pocos kilómetros del campo. El producto en cuestión está prohibido por la resolución 263 de Senasa desde octubre de 2018. 

El uso de cebos tóxicos es una práctica utilizada en muchos lugares la Línea Sur, para combatir pumas y zorros, lo que representa un peligro para la salud humana al momento de manipular estas sustancias y por su persistencia en el ambiente, contaminando el suelo, el agua y el aire. También se utilizan para exterminar las cotorras que son plaga en otros puntos del país.

El cóndor hallado muerto en El Caín, había sido rescatado en 2018 y era monitoreado por el Plan Integral para la Conservación del Cóndor Andino (PCCA). Sus órganos fueron examinados en el Hospital Escuela de la Facultad de Veterinaria de Choele Choel, donde encontraron restos de carbofurán. Las especies de aves y mamíferos de hábitos carroñeros, mueren en forma instantánea al consumir estos cebos tóxicos, con un efecto devastador en toda la cadena trófica y el ecosistema, perdiendo así importantes servicios ambientales que brindan estas especies, limpiando los campos de focos infecciosos y en el caso de carnívoros y aves rapaces, el control de las poblaciones de roedores, por ejemplo.

El uso de cebos tóxicos es un delito penal contra la salud pública, la matanza de animales silvestres, no autorizada por la autoridad jurisdiccional correspondiente, es un delito en el marco de la ley Nacional de Conservación de la fauna silvestre N° 22421 y una infracción a la ley provincial Q N° 2056 que prevé severas multas.