Más misterios en el crimen del policía Lucas Muñoz

El secuestro, muerte y aparición del cuerpo Lucas Muñoz es un verdadero misterio de múltiples connotaciones que tocan a los jefes de la fuerza rionegrina y hasta el poder político. Después de seis años y medio del crimen, el chaleco antibalas y otros elementos del oficial aparecieron dentro de un armario de la Comisaría 42° de Bariloche, donde debía presentarse el policía el día que desapareció.

Todo es misterio en el caso de Lucas Muñoz. De hecho por la desaparición estuvieron involucrados varios jefes de comisarías de Bariloche, a quienes se los relacionaba con una red que se dedicaba a delinquir con resguardo policial.

También, días después de la desaparición (14 de julio de 2016), dos policías quedaron involucrados en la causa por revisar la computadora de Muñoz sin autorización judicial. Y hasta un integrante de la fuerza intentó activar un celular en Catriel con el número de documento del oficial de 29 años desaparecido, con la clara intención de plantar pistas falsas y hacer creer que se había ido por su cuenta.

Luego de 27 días, el cuerpo de Muñoz fue encontrado en un descampado. Tenía un tiro en la nuca y en una pierna, todos de su arma reglamentaria, que fue encontrada junto con el cadáver. Casualmente el día en que se encontró, el entonces gobernador Alberto Weretilneck realizaba una visita oficial a la ciudad. Las pericias indicaron que había sido asesinado 24 horas antes y fue encontrado por el grupo COER tras permanecer varias horas bajo la lluvia.

Mientras la familia del policía asesinado lleva adelante un reclamo en la Justicia Civil por casi 12 millones de pesos, y la causa penal no haber tenido avances tras varios años de investigación, la aparición del chaleco antibalas, un cargador del arma de Muñoz y una huella fijada en un papel que utiliza la fuerza para registrar impresiones dactilares, le aporta más misterio al caso.

Durante la investigación se hicieron varios allanamientos en la Comisaría 42° del Alto de Bariloche, donde debía presentarse Muñoz el día que desapareció. Además de los libros de guardia, de los partes diarios de los móviles, y otra documentación secuestrada, no habían pertenencias del oficial, por eso dos compañeros fueron a la habitación que alquilaba y sin autorización judicial comenzaron a revisar su computadora personal.

Aunque la información fue guardada con extremo cuidado para que no se filtre, finalmente se conoció que fue el propio jefe de la Unidad 42° quien a mediados de enero dio aviso a la Justicia sobre el hallazgo del chaleco y otras pertenencias de Muñoz. El fiscal Jefe Martín Lozada coordinó las actuaciones y la fiscal de Feria, Silvia Paolini estuvo a cargo del secuestro previo a disponer que sea la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) la que levantó el chaleco y realizó las pericias antes de enviar las pruebas a analizar los Laboratorios Técnicos Científicos de la Procuración General en Viedma.

La autopsia develó la fecha estimativa de muerte, el cuerpo estaba lavado, tenía el uniforme policial puesto, su billetera con el DNI y hasta su celular. Se estima que estuvo al menos 25 días cautivo. Seis años y seis meses después la causa sigue manteniendo el mismo misterio del primer día.