TERROR EN LA CLÍNICA

A 10 años de la toma de rehenes en una clínica de Cipolletti

Pudo ser una masacre. Laila ingresó a un sector restringido de la Fundación Médica y comenzó a los tiros. Mató a una laboratorista.
jueves, 23 de marzo de 2023 · 11:28

Totalmente fuera de control, Laila entró a la Fundación Médica de Río Negro y Neuquén con su silla de ruedas. No sólo pasó el primer control de seguridad, sino que también accedió a un área restringida sin que nadie se diera cuenta de su estado. Sacó un arma calibre 32 y empezó a tirar a mansalva. Uno de los disparos dio en la espalda de Carla Milla, una joven que trabajaba como laboratorista, quien murió.

Era el 23 de marzo de 2013. Era sábado y la clínica estaba llena de gente. Pudo haber sido una verdadera masacre. En las paredes y los marcos de las puertas quedaron las marcas de los más de 30 disparos que efectuó. Era otra época y sin ningún tipo de perspectiva de género el caso se conoció como “La travesti asesina”. Sin importar su genero percibido, los medios publicaron el verdadero nombre de Laila, Héctor Díaz, como también se caratuló el expediente por homicidio agravado.

La agresora entró a la clínica de Yrigoyen y Menguelle de Cipolletti, cerca de las 8,30. Sin que nadie detuviera su marcha, tomó el ascensor hasta el segundo piso donde funciona la Unidad de Terapia Intensiva, sacó de su cartera el arma y empezó a disparar. Cerca cuatro horas y media estuvo atrincherada en el lugar, con todo el personal de rehén.

El grupo COER tuvo que intervenir, pero no ingresó al lugar para preservar la vida de las personas que estaban dentro. Leila pedía que un médico saliera en vivo en televisión para pedirle disculpas por la intervención cardíaca que le había hecho a su madre y que había salido mal.

El trabajo del negociador policial cambió de repente, es una de las personas pudo ver que Carla estaba herida y que necesitaba atención médica. En ese momento Laila bajó el arma y se entregó.

Laila fue detenida y unos días después fue llamada a declaración indagatoria. En el juzgado, reconoció que estaba pasando por un estado de angustia. Le preguntaron si quería matar al médico y ella respondió: “sí, mi intención era el médico, lamento mucho”. Y luego pidió disculpas: “nunca me van a perdonar, pero mi mamá está en estado vegetativo por culpa del doctor Núñez”. Y explicó “el hizo mala praxis y se aprovechó de una mujer de 80 años”.

Como consecuencia de la balacera murió Carla Milla: la laboratorista tenía 24 años, era de Allen y trabajaba en Cipolletti. Como el resto de las personas que estaban en ese lugar de ingreso restringido, intentó correr y tirarse al piso para poder salvarse de los disparos, pero no lo consiguió. Fue atendida en la clínica y no resistió en el quirófano.

Laila fue condenada a 30 años de cárcel. Fue trasladada a la Unidad de Ejecución Penal de Roca, donde en un primer momento estaba en un pabellón común de hombres y luego pasó al de mujeres. Su presencia ahí era resistidas por las demás internas, quienes la denunciaron en varias oportunidades por intentos de agresión y hasta de quemarlas con agua hirviendo.

Laila tenía un complejo cuadro de salud por el que primero perdió la movilidad y luego una infección complicó mucho más todo. Fue internada en el hospital de Cipolletti, pero murió poco después, el 8 de marzo de 2018.

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