CAPACITACIÓN TRÁGICA

Caso Mandagaray: Los abogados defensores jugaron al gran bonete

Se conocieron los alegatos, la fiscalía ratificó la responsabilidad de los cuatro instructores del COER, el viernes a las 8.30 se leerá la sentencia.
martes, 9 de mayo de 2023 · 06:00

El juicio por la muerte del oficial Gabriel Mandagaray finalizó su etapa de debate con la lectura de los alegatos, en tanto que se anunció que el próximo viernes se leerá la sentencia. Como se preveía, cada uno de los defensores apuntaron a otro de los instructores que fue quien dio la orden a los aspirantes del COER a ingresar al mar en Bahía Creek, con uniforme, con borceguies, y cargando un pesado tronco sin saber nadar.

Mandagaray es hijo de dos policías de amplia trayectoria en la fuerza rionegrina. En ese entonces, 15 de abril de 2021, su padre Antonio era el Jefe de la Regional I de Viedma; su mamá es la comsiaria General Adraiana Fabi, la actual jefa de Toxicomanía de toda la provincia. Gabriel era oficial, tenía 25 años y un hijo de casi dos años. Había cumplido servicio en diferentes comisarías y aspiraba a ingresar al grupo de elite Cuerpo de Operaciones Especiales y Rescate (COER).

Este grupo hasta finales de 2011 se denominó Brigada de Operaciones, Rescate y Antitumultos (BORA), reconocido por su mala fama en cada una de sus intervenciones, con excesos de todo tipo. El COER fue una promesa de campaña de Carlos Soria, como para limpiar la imagen.

Los abogados defensores jugaron su juego, que se asemejó bastante al tradición Gran Bonete, ese que decía "¿Yo, señor? -Si, señor. - No, señor. - Pues, entonces ¿quién lo tiene?", aunque en este caso, la última pregunta tendría que ver con quién les dio la orden de meterse al agua o al mar, como uno de los abogados planteó.

Los defensores de los cuatro imputados negaron las responsabilidades de sus clientes y señalaron a otro de los acusados. Los instructores acusados, Alfredo Nahuelcheo, Marcelo Contreras y Maximiliano Vitali Méndez; y el coordinador Alejandro Gattoni, no pudieron desconocer el hecho. Pero todos los abogados intentaron en los alegatos separarse de la órden y de los vejámenes a los que fueron sometidos la totalidad de los aspirantes y Mandagaray en particular.

El abogado del coordinador Gattoni, Fernando Ramoa aseguró con enfasis que su defendido sólo hacía tareas administrativas. "Hemos probado y acreditado que solo cumplía funciones como coordinador del curso básico COER 2021 y que por lo tanto realizó tareas administrativas de planificación y de logística" y remarcó que "nunca planificó, dio orden alguna, confirmó, avaló o consintió ninguna actividad a mar abierto u otra actividad en el agua que pusiera en riesgo a los cursantes y que le fue imposible impedir el resultado trágico".

Otro de los letrados, Armando Salazar, defensor de Contreras, solicitó la absolución de todos los delitos. "Debe existir una conexión o nexo para poder encontrar una causa determinante, pero si nosotros eliminamos su figura, el hecho igual se hubiera producido de igual manera".

Manuel Maza, que representa a Nahuelceho, hablo de un mal entendido en la orden: "De ninguna manera fue una orden de ingreso al agua, es decir que no se cumplió ni la circunstancia de modo ni de lugar en la que esa orden habría sido dada". Y apuntó a Vitali Méndez  porque "Nahuelcheo no se encontraba presente".

En último término alegaron Santiago Guenumil y Valentina Baigorria los abogados de Vitali Méndez y apuntaron a Nahuelcheo como el mentor de la orden de ingresar al agua con un tronco, vestidos, con borceguies y hasta donde no hicieran pie. "Nahuelcheo controlaba y supervisaba las actividades y así también lo decían los cursantes. Todos estaban en conocimiento y tenían la plena certeza de que estaba a cargo de todo".

La jornada final del debate, se inició con el pedido de la querella de que los cuatro imputados sean condenados por tres hechos: "Llevar adelante el curso en un lugar no aprobado por la resolución interna”; "someter a los cursantes a actividades físicas excesivas que les provocaron lesiones, en un contexto de escasa alimentación, hidratación y descanso y sometiéndolos a conductas denigrantes a la dignidad humana"; la muerte de la víctima "por stress agudo en una persona que ya transitaba dicho estado durante el desarrollo del curso, poniendo especial acento en falta de comida, sueño y agua” y "sin ninguna medida de seguridad: no había médicos, ambulancias, torpedos, chalecos, ni una lancha de la Prefectura".

Hicieron referencia a que el coordinador estaba en la playa y que el curso tenía un "grado de improvisación" y remarcó que Mandagaray fue rescatado del agua y llevado "en la parrilla del cuatriciclo de un vecino". Y se refirió al estado en el que estaban todos los cursantes: "cansados, con ampollas, desorientados" y que todos coincidieron en que "durante los tres días anteriores a la muerte de su compañero, habían dormido entre 3 y 5 horas en total, y comido raciones mínimas de arroz y fideos blancos".

Además, el fiscal se refirió a un último hecho que se lo atribuye a uno sólo de los imputados. Son las lesiones que éste le produjo a un cursante que debió abandonar el curso tras recibir una fuerte patada que le ocasionó la fractura de la última vertebra del coxis.

La querella cerró su aleganto con un pedido al tribunal: "Una vez que analicen la evidencia, declaren la responsabilidad de los cuatro imputados que aquí hemos traído a juicio en los delitos de abuso de autoridad y homicidio culposo y además, al coordinador del delito de incumplimiento de los deberes de funcionario público y a uno de los instructores del de lesiones leves".

La sentencia se leerá el próximo viernes a las 8.30.

 

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