Juicio por Otoño Uriarte: el ex comisario de Fernández Oro no fue a declarar

La continuidad del juicio por la desaparición y muerte de Otoño Uriarte estuvo marcada por la ausencia del entonces Jefe de la Comisaría 26 de Fernández Oro, Ives Vallejos, quien debía declarar en calidad de testigo clave en el proceso judicial. A pesar de la citación, justificó su falta con un certificado médico.

En respuesta, la querella insistió en la reprogramación de su declaración, que en principio se fijó para el próximo lunes. El testimonio del comisario es clave para explicar cómo se desarrolló el operativo de búsqueda, aunque el padre de la víctima lo acusó de entorpecer la causa.

Roberto Uriarte, fue el primer testigo del juicio, aseguró que siempre recibió un trato despectivo por parte de Vallejos y entorpeció la búsqueda de su hija. Recordó que a las pocas semanas les llegó un dato de que Otoño estaba en un prostíbulo de San Martín de los Andes, el comisario lo desestimó y fue él quien se lo hizo llegar a la Policía de Neuquén. Se montó un operativo en esa ciudad. Sin embargo no pudieron ubicarla, el fracaso del procedimiento se lo adjudicó a Vallejos, porque a unas cuadras fue encontrado entregando folletos con la cara de la menor desaparecida, lo que levantó sospechas entre los investigadores. En aquel momento, el jefe policial de Río Negro fue demorado por orden de la Justicia de la vecina provincia.

De confirmarse la reprogramación del testimonio, Vallejos comparecería ante el tribunal el próximo lunes, mientras que otro testigo relevante, el actual ministro de Seguridad, Daniel Jara, tiene cita para el martes. En aquel entonces, se encontraba al frente de la División Judicial de la Policía de Río Negro, una dependencia carente de recursos suficientes y solo contaba con un jefe y un único empleado policial. Aún no está confirmada su presencia, es que al ser un funcionario público tiene prerrogativas y podría declarar por escrito.

La desaparición y muerte de Otoño Uriarte

Otoño tenía 16 años cuando fue vista por última vez en el denominado Puente de la Viña. Ese lugar, en un Fernández Oro muy diferente al de hoy, marcaba el límite entre el casco urbano y la zona rural. La estudiante de tercer año del entonces CEM 14, había tenido un día cargado de actividades y recién a las 23 pretendía regresar a su casa. A pocos metros de emprender el camino, fue secuestrada. Aunque hubo muchas investigaciones, nunca se pudo comprobar si fue abusada sexualmente, una de las tantas irregularidades que cometió la Justicia. Su cuerpo fue encontrado en el canal Principal de Riego seis meses después, en la usina de El Treinta.

La querella intenta demostrar que los cuatro imputados planificaron el ataque, le robaron la bicicleta para forzar que regrese caminando por una calle rural hacia su casa, ya de noche y a oscuras. Pese a que pasaron 18 años de idas y vueltas judiciales y de desmanejos en la investigación, finalmente la causa llegó a juicio con los mismos acusados que hubo desde el principio: Ángel Germán Antilaf, y los hermanastros José Hiram Jafri, Ricardo Néstor Cau y Maximiliano Manuel Lagos.