La investigación por el femicidio de Daiana Mendieta, la joven de 22 años hallada muerta en un aljibe en una zona rural de Gobernador Mansilla, Entre Ríos, dio un vuelco inesperado tras los resultados preliminares de la autopsia.
Contrario a lo que indicaban las primeras hipótesis, Daiana no fue asesinada de un disparo, sino que murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico grave provocado por un fuerte golpe en la parte posterior del cráneo, según confirmaron fuentes judiciales a Infobae.
“El informe preliminar reveló como causa de muerte un trauma craneoencefálico grave. No se empleó arma de fuego”, detalló una fuente vinculada al caso, y agregó que el cuerpo permanece en la Morgue para estudios complementarios.
La confusión inicial surgió porque el tipo de herida que presentaba la víctima tenía características similares a las de un disparo. Sin embargo, el examen forense permitió determinar que el orificio fue causado por un objeto filoso y con punta, no por una bala.
Este dato modifica sustancialmente la dirección de la causa y obliga a replantear las circunstancias del crimen. Hasta ahora, se creía que Daiana había sido ejecutada con un arma de fuego y arrojada posteriormente al pozo de unos 10 metros de profundidad, camuflado entre ramas y hojas, donde fue encontrada el martes.
Un hallazgo desgarrador
Daiana había sido vista por última vez el viernes por la noche, cuando salió de su casa en un Chevrolet Corsa. Poco después, perdió contacto con su familia. Las sospechas se activaron cuando su auto fue hallado abandonado con las llaves puestas, a unos 4 kilómetros del pueblo. A partir de ese momento, se desplegó un intenso operativo de búsqueda con más de 130 personas.
El cuerpo fue hallado finalmente en un camino rural conocido como Los Zorrinos, cerca del club de campo El Silencio, a cinco kilómetros del casco urbano de Gobernador Mansilla.
Por el crimen fue detenido Gustavo Brondino, alias “Pino”, un hombre de 55 años que vivía a apenas un kilómetro del domicilio de la víctima y habría estado en contacto con ella la noche de su desaparición. En un allanamiento realizado en un galpón que alquilaba, la policía secuestró celulares, armas de fuego y una camioneta Toyota Hilux.
Durante el procedimiento, Brondino intentó manipular un arma y fue reducido por los efectivos. Por ahora, la única imputación formal en su contra es por atentado a la autoridad y portación de arma de fuego, aunque la Justicia ya lo considera el principal sospechoso del femicidio.
Tras abstenerse de declarar en la audiencia de imputación, Brondino quedó detenido con 90 días de prisión preventiva mientras avanza la investigación, que es encabezada por los fiscales Emilce Reynoso y Sergio Saliski.
Con el nuevo dato revelado por la autopsia, los investigadores ahora deberán reconstruir no solo quién fue el responsable, sino también cómo y con qué se cometió el crimen, en un contexto que sigue siendo de total hermetismo.