Un violador condenado a ocho años de prisión fue detenido en Villa Manzano, donde se ocultaba como si nada hubiera pasado. Estaba prófugo de la Justicia pampeana, con una sentencia firme por abuso sexual agravado, y pese a eso se movía libremente por la región.
Raúl Armando Acuña, de 58 años, nacido en San Carlos (Mendoza) y con último domicilio en Catriel, había sido declarado en rebeldía luego de desaparecer del radar judicial. Pero su suerte se agotó al mediodía, cuando policías de la Comisaría 44° lograron dar con él y lo esposaron en plena calle, bajo la orden de un juez de audiencia de La Pampa.
Durante meses, el abusador había armado su propio escondite, cambiaba de casa y de teléfono para no dejar rastros. Creía que el tiempo y la distancia le iban a jugar a favor, pero una pista mínima bastó para que los investigadores lo acorralaran. Lo encontraron tranquilo, sin imaginar que su libertad se terminaba ahí mismo.
La orden de captura provenía de un expediente judicial pampeano, donde figura la condena firme por el delito sexual. Tras su arresto, se comunicó al Juzgado de Ejecución de La Pampa, que dispuso el traslado inmediato del detenido a esa provincia.