Un hombre de Roca fue detenido por Gendarmería Nacional en un control de rutina sobre la Ruta Nacional 22, a la altura de Senillosa. Viajaba en un micro de larga distancia con destino final Bariloche, y llevaba más de cuatro kilos de clorhidrato de cocaína pegados al abdomen con una faja. El operativo se activó cuando intentó evadir el escáner de rayos X. Terminó confesando que transportaba droga antes de que lo interrogaran.
Todo ocurrió en cuestión de minutos. El micro había salido desde Punta Alta y avanzaba tranquilo hasta llegar al control de cargas ubicado a la altura de Senillosa, en el kilómetro 1260, cuando fue detenido por efectivos del Grupo Seguridad Vial Comahue. El control era aleatorio, pero el escáner no perdona. Uno de los pasajeros se puso nervioso, quiso esquivar la revisión y eso encendió todas las alarmas.
Al intentar retenerlo, un gendarme apoyó el brazo en su abdomen y notó algo extraño: una superficie rígida, rectangular, que no era parte del cuerpo. El hombre, sin que nadie le preguntara nada, soltó la bomba: “Llevo droga”. Acto seguido, levantó la remera y mostró cuatro paquetes sujetos con una faja. No hubo forcejeo, no hubo gritos. Solo una confesión seca y directa.
El test de campo fue contundente. Se trataba de clorhidrato de cocaína, con un peso total de 4,314.1 kilogramos. La droga estaba perfectamente embalada, lista para ser entregada. Además, llevaba encima 190 mil pesos en efectivo y un celular que ahora está bajo análisis.
Todo quedó secuestrado por orden de la Fiscalía de Neuquén, que dispuso su detención inmediata y en carácter de incomunicado.
Pero eso no fue todo. En función del domicilio del detenido, se ordenó un allanamiento en Roca. Allí se encontraron elementos que podrían estar vinculados a la causa. Aunque no se detalló qué tipo de objetos fueron incautados, se sabe que había documentación, envoltorios similares y anotaciones que podrían comprometer a otras personas.
El detenido viajaba solo, en la fila 12, junto a la ventana. No había ingerido alcohol, al menos no en ese momento, pero se lo notaba alterado. El chofer declaró que no lo había visto subir en estado de ebriedad, aunque sí lo notó inquieto durante el trayecto.
La causa quedó en manos de la Unidad Fiscal de Neuquén. El detenido no tiene antecedentes penales registrados en la zona, pero se investiga si forma parte de una red mayor. Por ahora, está alojado en una dependencia federal, sin contacto con el exterior.
El costo de la droga incautada alcanza a unos 130 millones de pesos, comercializada al menudeo en la zona del Alto Valle, pero su valor asciende exponencialmente a medida que se acerca a la cordillera y mucho más y en dólares si logra sortear el paso fronterizo y llegar a Chile.