Un camionero de 33 años recibirá una indemnización por los daños físicos irreversibles que le provocó su trabajo. La justicia neuquina determinó que, a pesar de su corta edad, el hombre presenta una columna vertebral equivalente a la de una persona de 60 años, producto de años de exposición a condiciones laborales extremas.
La decisión fue confirmada por los jueces Patricia Clérici y Pablo Furlotti, de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil, Comercial, Laboral y de Minería, quienes ratificaron el fallo de primera instancia que había establecido una compensación económica por parte de la aseguradora de riesgos del trabajo (ART).
Una pericia médica clave en el expediente reveló que el deterioro físico no se corresponde con la edad del trabajador, y que solamente pudo haberse producido por factores externos. Entre ellos, se destacan las “vibraciones de cuerpo entero” sufridas durante los 13 años que se desempeñó como chofer de camiones de gran porte, además de “posiciones forzadas y movimientos repetitivos”.
Trabajo extremo, consecuencias graves
El fallo de primera instancia, a cargo de la jueza laboral Sheila Lischinsky, ya había marcado un antecedente importante. La magistrada consideró probado que el camionero transportaba cargas peligrosas por terrenos pedregosos y en condiciones de infraestructura precaria, particularmente en yacimientos mineros, lo cual lo expuso de manera constante a esfuerzos físicos severos.
“Estas condiciones de trabajo aceleraron un proceso degenerativo natural del cuerpo humano, que se evidencia en la estructura ósea de su columna, similar a la de una persona 30 años mayor”, sostiene la resolución.
El cuadro clínico del trabajador no es solo físico. También se le diagnosticaron síntomas psicológicos compatibles con un cuadro de estrés crónico y dolencias asociadas al desgaste prematuro.
La versión de la aseguradora
En su defensa, la ART intentó desestimar la responsabilidad argumentando que los vehículos actuales cuentan con butacas diseñadas para amortiguar las vibraciones. Sin embargo, los camaristas rechazaron esa posición: “No alcanza a desvirtuar la afirmación del actor ni del perito. No se sabe desde cuándo comenzaron a utilizarse esas butacas ni en qué estado estaban las unidades conducidas por el trabajador”.
Para los jueces, “surge en forma palmaria el nexo causal entre el suceso y las secuelas que padece el actor”, por lo que confirmaron la condena a la aseguradora.
A los 33 años, este camionero enfrenta dolencias que suelen aparecer recién después de los 60. La Justicia, en esta oportunidad, reconoció el impacto de la actividad laboral en su salud y ordenó una reparación acorde a la magnitud del daño.