Un nuevo episodio de tensión vial sacudió la tarde del miércoles en la Ruta Nacional 40, cuando un vehículo con tres personas a bordo despistó y terminó sumergido en un arroyo. El reloj marcaba las 17:47 cuando el 911 recibió el llamado que activó el protocolo de emergencia. Lo que parecía un viaje familiar entre El Bolsón y Bariloche se transformó, en segundos, en una escena de rescate.
Al llegar al kilómetro 2003, el móvil policial 2829 se topó con que un Peugeot 307, dominio FBS 436, había cruzado de carril y caído al cauce del arroyo. Dentro del vehículo viajaban Pablo José Leiva, de 25 años, junto a su pareja Sara Luz González Barón, de 22, y su hermana Mariana Agustina Leiva, de 29. Todos oriundos de General Roca, Río Negro.
Según los primeros datos, el auto circulaba en sentido sur-norte cuando, por causas que aún se investigan, el conductor perdió el control. El despiste fue violento y terminó con el rodado fuera de la cinta asfáltica, sumergido parcialmente en el agua. La escena, dramática y cargada de tensión, obligó a una rápida intervención de los efectivos.
Pero lo más preocupante vino después: Mariana Agustina Leiva debió ser trasladada al Hospital Privado Regional (HPR) para ser examinada. Aunque no se detalló la gravedad de sus lesiones, el traslado encendió las alarmas sobre el impacto del siniestro.
Mientras se esperan peritajes que arrojen luz sobre lo ocurrido, el hecho vuelve a poner en el centro del debate la peligrosidad de ciertos tramos de la Ruta 40. Por ahora, todo es materia de investigación. Lo cierto es que, una vez más, la ruta se cobró un susto que pudo terminar en tragedia.