Este jueves 13 de noviembre, la Justicia declaró la rebeldía y ordenó la captura de Maximiliano Lagos, uno de los cuatro imputados en el caso Otoño. El hombre no se encontraba en el domicilio indicado y nadie sabe dónde podría estar. El mismo había declarado un domicilio en un barrio de Neuquén Capital. Tiene pareja, dos hijas y, según manifestó, su medio de vida era su oficio de albañil.
En los últimos días, cuando la Oficina Judicial de Cipolletti se acercó a esta vivienda para notificarlo de una próxima audiencia del Tribunal de Impugnación, no lo encontraron. La Justicia rionegrina desconoce su paradero, por lo cual se ordenó formalmente su detención para llevarlo a esa audiencia ya programada.
No es la primera vez que no aparece
La conducta de Lagos no sorprende a quienes siguen el proceso. Durante las audiencias de 2024 acumuló llegadas tarde, excusas y llamados de atención por parte de los jueces. Incluso en 2021, antes de que el juicio comenzara a tomar forma, ya había desaparecido: tras dictarse una orden de captura, reapareció presentando un escrito para ponerse a disposición del tribunal.
A lo largo de 2024, en varias ocasiones no estaba presente en la sala cuando todo estaba listo para iniciar el debate. Cuando los jueces enviaban efectivos policiales a buscarlo, tampoco se lo encontraba en su vivienda. En más de una de esas oportunidades, se dispuso su detención por inasistencia injustificada. Ni siquiera sus propios abogados sabían dónde estaba, lo que generaba tensión entre las partes.
Cuando finalmente se presentaba, podía hacerlo hasta dos horas más tarde, retrasando el desarrollo del juicio. Alegaba haber ido al Hospital de Neuquén debido a una enfermedad crónica, pero nunca presentó certificado médico, pese a que la jueza Florencia Caruso se lo pidió expresamente. También solía quedarse dormido durante las audiencias —según él, por la medicación—, lo que motivaba constantes llamados de atención de la magistrada. A esto se sumaba otra dificultad: Lagos afirmaba no tener celular, aunque en más de una ocasión se lo vio usando uno, complicando aún más la posibilidad de contactarlo.
Otra justificación frecuente de sus retrasos era el viaje desde Neuquén a Cipolletti: decía que el colectivo se demoraba o que tenía problemas con el transporte. Paradójicamente, cuando su abogado Edgard Lucero lo trasladaba, llegaba sin inconvenientes.
A estos antecedentes se suma una denuncia radicada en su contra días antes de que el Tribunal diera a conocer la sentencia por la desaparición y asesinato de Otoño Uriarte. Su presunta pareja lo acusó de secuestrarla y amenazarla de muerte en Neuquén. La denuncia fue presentada el 9 de enero de 2025, primero en la Comisaría Primera y luego en la Fiscalía. Como no era la primera situación de violencia, se solicitaron medidas cautelares y una prohibición de acercamiento.
Lagos vuelve a estar en condición de prófugo y su ausencia pone en riesgo la audiencia del 5 de diciembre, en la que se debía revisar la impugnación de su condena. Si no aparece, esa instancia clave del proceso podría quedar suspendida una vez más.