La tragedia de la Ruta 22 sigue revelando detalles que golpean de lleno en lo emocional. Mientras avanzaban los peritajes sobre los vehículos involucrados y a medida que se enfriaban los restos de la Ford EcoSport, donde murieron cuatro integrantes de la familia Gutiérrez-Cocuzza, los especialistas encontraron un elemento que sumó más dolor a un caso ya devastador. Entre los hierros retorcidos y humeantes apareció muerto el pequeño perro que viajaba con ellos y que también quedó atrapado en el incendio desatado tras el impacto con la potente Volkswagen Amarok V6 conducida por el narco Axel Adrián “Chinito” Araneda.
A medida que los hierros calcinados empezaron a enfriarse, personal de Gabinete de Criminalística pudo volver a revisar la estructura colapsada de la camioneta. La temperatura fue tan extrema que la tarea se volvió lenta y minuciosa. Fue en esa segunda inspección cuando hallaron al animal, completamente carbonizado, lo que confirmó que la familia de Catriel no solo perdió a cuatro de sus integrantes, sino también a su mascota, que viajaba con ellos desde temprano.
El único sobreviviente, Justo Pastor Gutiérrez, había bajado de la EcoSport apenas segundos antes del impacto para ajustar la carga del portaequipaje. Esa decisión involuntaria le salvó la vida. Mientras él intentaba entender la escena y la columna de fuego que devoraba su vehículo, fue imposible rescatar a las víctimas, su esposa, la médica de Catriel Liliana Cocuzza, su hija Carina Gutiérrez, sus dos nietos menores y el pequeño perrito.
El nombre de Gutiérrez volvió a resonar en Catriel porque, años atrás, había quedado envuelto en una causa de narcotráfico cuando trabajaba como chofer de ambulancias del hospital público. En aquel expediente, la División Toxicomanía sospechaba que una ambulancia era utilizada para mover droga. El caso avanzó con allanamientos y detenciones, pero nunca lograron encontrar pruebas sólidas que lo vincularan con la organización.
Finalmente, la Justicia Federal lo sobreseyó por falta de elementos y su abogado insistió en que se trató de “una causa armada” que lo dejó marcado sin razón. Hoy, Gutiérrez vuelve a estar en el centro de una noticia, pero esta vez como el único sobreviviente de una tragedia que arrasó con su familia, su historia y hasta con el pequeño perro que viajaba con ellos rumbo a un destino que nunca pudieron alcanzar.
Narco borracho al volante
El choque se produjo cerca de las 7 de la mañana en la autovía de la ruta Nacional 22, a la altura del kilómetro 1204, en la mano sur, por la que transitan vehículos que circulan en sentido Cipolletti-Allen. De acuerdo con la información que se conoce, Gutiérrez manejaba la Ford EcoSport y paró contra el murallón para poder ajustar la carga. Dentro de la camioneta quedó su esposa la doctora Cocuzza, su hija Carina y los dos nietos.
A toda velocidad apareció una Volkswagen Amarok V6 negra, sin patente, que los chocó desde atras. La EcoSport se desplazó varios metros e inmediatamente se prendió fuego, sin que nadie pudiera ingresar al vehículo a rescatar a las personas atrapadas. Dentro de la potente camioneta de casi 300 caballos de fuerza, quedó atrapado entre el airbag y la butaca, Axel Adrián Araneda, un conocido narco de Allen. Regresaba de una noche de excesos que él mismo registró y se encargó de publicar en sus redes sociales. Incluso una selfie pocos minutos antes del choque.
Gutiérrez, en estado de shock fue atendido en el lugar, mientras que Araneda fue trasladado en ambulancia al hospital de Allen. A ese lugar minutos después llegó su madre, Natalia Solís (también con antecedentes por venta de drogas), quien protagonizó un escándalo en el lugar. Intentaba sacar por la fuerza a su hijo.
Luego de que los médicos certificaran que Araneda estaba fuera de peligro, se le pudo practicar un test de alcoholemia que arrojó -varias horas después- que aún tenía 0,46 gramos de alcohol en sangre.
La fiscalía de Roca, a cargo de Celeste Benatti interviene en la investigación.