Bariloche volvió a tener su propio “artista urbano” improvisado: un hombre de unos treinta años, oriundo de Buenos Aires y en situación de calle, fue sorprendido pintando grafitis en los vagones del Tren Patagónico.
La escena ocurrió a plena tarde, en la terminal ferroviaria. Personal de seguridad detectó movimientos extraños y, al acercarse, se toparon con el sujeto en plena faena: aerosol en mano, dejando su firma sobre el patrimonio público como si se tratara de un lienzo personal.
El operativo policial fue inmediato. El personal de la Subcomisaría 80° lo detuvo antes de que el daño se extendiera a más unidades. Sin documentos, con residencia itinerante y un pasado que lo arrastra desde Buenos Aires, el hombre terminó en la dependencia policial, donde se logró establecer su identidad.
.El Tren Patagónico no es cualquier vagón oxidado: es símbolo turístico y cultural de la región, orgullo de vecinos y atractivo de visitantes. Su preservación es clave, y la policía evitó que la “obra” avanzara sobre más vagones.
👉 Con este tono Rossi, el relato gana ironía, tensión y dramatismo, subrayando el contraste entre el “artista” y el símbolo cultural que intentaba dañar.
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