En una audiencia que no pasó inadvertida, el Ministerio Público Fiscal desbarató el intento de la defensa del policía acusado por el femicidio de Estefanía Civardi para derribar la formulación de cargos y cambiar la prisión preventiva por arresto domiciliario. El planteo buscaba, además, que la causa dejara de investigarse como femicidio y pasara a “muerte dudosa”.
El argumento central de los abogados del acusado fue que en la audiencia inicial no tuvieron una defensa eficaz, ya que el contacto con el expediente habría sido mínimo, lo que, según ellos, impidió elaborar una estrategia coherente. Pero la Fiscalía recordó que en esa instancia no se produce prueba definitiva, sino que se expone la información disponible para habilitar la investigación, y que la defensa de entonces participó activamente en diligencias clave, como la autopsia.
El fiscal jefe subrayó que la imputación se apoyó en datos concretos: la víctima fue hallada con un disparo en la cabeza, el imputado estaba a su lado con su arma reglamentaria recién disparada y existían antecedentes de violencia de género. Sobre la prisión preventiva, indicó que se sostiene por riesgo procesal, ya que testigos clave son compañeros de trabajo del acusado y podrían verse influenciados.
La querella, que representa a la familia de Estefanía, coincidió con la Fiscalía, no hubo irregularidades y la medida cautelar sigue siendo necesaria para resguardar el proceso y a los testigos. El juez de la audiencia cerró cualquier margen de duda, confirmó la formulación de cargos, ratificó la prisión preventiva y sostuvo que la calificación como femicidio es la adecuada por el momento, quedando su revisión para el juicio.
El caso
Stefanía Civardi tenía 22 años. Fue asesinada durante la madrugada del 30 de julio de un disparo, estaba en el interior de una vivienda en el sector este de Bariloche. El único sospechoso fue su pareja, el agente policial Emerson Marín, quien trabajaba en la Comisaría 2° y con quien mantenía una relación sentimental desde hacía menos de un mes.