En los alegatos de clausura, la fiscalía solicitó que se declare culpable a Fabián Auquiles Polleschner, un neuquino violento de 29 años acusado de una escalofriante serie de delitos cometidos en noviembre de 2023, entre ellos la privación ilegítima de la libertad de su ex pareja y la hija de ambos, de apenas 3 años. El pedido de condena también incluye lesiones leves agravadas por violencia de género, amenazas con armas, atentado contra la autoridad y desobediencia judicial. La sentencia se conocerá el próximo 13 de agosto.
El caso desnudó una brutal violencia sistemática y prolongada que comenzó hace años y explotó en ese noviembre cuando Polleschner entró a la fuerza en la vivienda de su ex, violando una orden judicial que lo obligaba a mantenerse alejado. Allí retuvo a la mujer y a su hija por tres días, bajo amenazas constantes que incluían frases terroríficas como "tengo balas para todos". Este cautiverio se dio en un clima de terror absoluto, donde las víctimas sufrió no solo golpes sino también un hostigamiento psicológico insoportable.
El operativo policial que logró liberar a ambas víctimas fue tenso y delicado. Participaron el COER, la Brigada de Investigaciones y la Comisaría Quinta, entre otros. Durante la intervención, el acusado atacó con un cuchillo a dos efectivos, provocándoles heridas. Intentó ocultarse para eludir la Justicia, pero fue finalmente reducido. Todo esto quedó registrado en testimonios y pericias que la fiscal Vanesa Cascallares utilizó para fundamentar el pedido de culpabilidad.
Los testimonios que marcaron la causa incluyen no solo el relato desgarrador de la víctima sino también la de su madre y la pericia psicológica realizada por profesionales forenses. Quedó claro ante el tribunal que la privación de la libertad no fue un hecho aislado, sino la culminación de años de violencia, amenazas y control absoluto ejercido por el imputado desde al menos 2017. La defensa oficial, representada por Leonardo Ballester, por su parte, intentó presentar la relación como una "dinámica de pareja" compleja, con consumo problemático de sustancias.
Además de las lesiones y la privación de la libertad, Polleschner está imputado por atentado contra la autoridad y desobediencia a una orden judicial vigente, delitos que reflejan su falta de respeto por las normas y la violencia institucional que ejerció. La fiscalía sostuvo que esta suma de delitos configura un cuadro grave que amerita una condena contundente, con penas que podrían llegar hasta los 23 años de prisión.
El 13 de agosto, el Tribunal Colegiado deberá decidir si acepta el pedido de la fiscalía o si da lugar a la defensa, que insiste en la absolución de los cargos más graves.