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Martes 16 de Septiembre, Neuquén, Argentina
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El informe forense y judicial expuso la tragedia de Jessica: un disparo y un círculo de violencia que no se pudo romper

La autopsia indicó que murió por un disparo que dañó la arteria ilíaca. Pese a las intervenciones judiciales, la mujer de 35 años volvió con su agresor y terminó siendo víctima de femicidio.

Por Redacción

Martes, 16 de septiembre de 2025 a las 09:47
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La historia de una mujer marcada por la violencia

Jessica Scarione tenía 35 años. Denunció a su pareja, pidió ayuda y aceptó medidas de resguardo que incluyeron, desde un botón antipánico hasta el ingreso a un refugio. Sin embargo, el final que tanto se intentó evitar llegó igual.
El domingo, un familiar la encontró sin vida en la precaria casilla donde vivía, en el barrio Colonia Rural Nueva Esperanza de la capital neuquina. La Policía busca a su expareja, Luis Alberto Espinoza, de 45 años, a quien ella denunció en repetidas oportunidades. 

El crimen y la escena que nadie olvida

La autopsia reveló que murió por una hemorragia masiva causada por un disparo de arma de fuego que dañó la arteria ilíaca. El cuerpo, además, presentaba heridas de arma blanca y signos de pelea.
La escena dentro de la casilla era brutal: cosas rotas, desorden y la confirmación de que aquella discusión que los vecinos escucharon el viernes había terminado en tragedia.

Una historia de idas y vueltas

Jessica había denunciado a Espinoza, quien fue su pareja durante dos décadas de violencia. La Justicia le había otorgado medidas cautelares: restricción de acercamiento, botón antipánico, consigna policial y hasta un lugar en el refugio de mujeres.

Pero una y otra vez ella volvía con él. Abandonó el refugio, pidió el cese de las restricciones y retiró las denuncias. Aun así, la Justicia mantenía las medidas vigentes hasta una audiencia que estaba programada para noviembre. Ella nunca llegó a esa cita.

Salud mental, consumo y un círculo que no se rompió

Los expedientes judiciales hablaban de dos caras de un mismo infierno: ella con problemas de salud mental, él con consumo de alcohol y drogas. Un vínculo atravesado por la violencia y el descontrol.

La paradoja más cruel: aunque tenía un botón antipánico disponible, Jessica había pedido no usarlo y solicitó que cesaran las medidas en su contra.

Lo que no alcanzó

El 4 de septiembre, la Justicia ordenó a la guardia seguir interviniendo porque había datos de que Espinoza portaba armas. La Fiscalía tomó nota. Todo estaba registrado. Todo estaba en marcha.

Y, aun así, nada fue suficiente.

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