Una noche que empezó como cualquier otra
Era pasada la medianoche y en una vivienda de mampostería en el barrio San Lorenzo todo parecía tranquilo. Pero a las 3:20 de la madrugada, un llamado al comando policial alteró la calma: un incendio había estallado en una casa de Rafael Vázquez y Casimiro Gómez.
Lo curioso del caso no era solo que hubiera fuego, sino cómo había comenzado.
La cocina que casi lo devora todo
Según relató a Pancho casado por AM550 el comisario José Rivas, jefe de bomberos, la causa fue algo tan simple como absurdo: una olla con aceite y comida olvidada sobre una hornalla encendida. La familia, cansada, se fue a dormir sin percatarse del riesgo.
“Lo increíble es que no fue por una falla eléctrica ni por un accidente externo, sino por una olla que quedó sola, cocinando a altas horas de la noche”, señaló Rivas.
El fuego se concentró en la cocina, generando humo que se expandió por toda la casa, incluido el baño y parte del techo. El olor a comida quemada se convirtió en alarma y pánico.
Despertar entre humo y sirenas
La familia, integrada por padre, madre y dos hijos, se despertó gracias al humo y dio aviso inmediato a emergencias. Bomberos y personal del SIEN llegaron rápido. Por precaución, los cuatro fueron trasladados al hospital Heller por intoxicación. Afortunadamente, ya fueron dados de alta.
“Podría haber sido una tragedia. Un descuido doméstico provocó una madrugada de sirenas y hospital”, explicó Rivas.
El siniestro que pasó a la historia por lo insólito
El incendio fue controlado antes de que se extendiera. Los daños quedaron circunscriptos a la cocina y parte del techo, aunque el susto se sintió en todo el barrio.
Una historia para reflexionar
Más allá de lo insólito, el hecho deja una lección clara: la prevención doméstica no puede subestimarse. Un simple descuido puede transformarse en incendio, intoxicación y caos.
Este episodio, raro pero real, quedará como una mezcla de tragedia evitada y advertencia absurda para toda Neuquén.