Villa Regina sigue con la intriga, a más de 10 días de haberse fugado, Facundo Ángel Plos todavía es un misterio. Tenía 27 años, antecedentes judiciales graves y participaba de una audiencia clave desde su casa, con tobillera electrónica, cuando se esfumó frente a tres jueces, una fiscal y dos abogados. Nadie lo vio salir, pero sí quedó la alarma, Plos estaba prófugo y la Justicia lo busca sin descanso.
Su historial es de película negra. Hace tres años, en agosto de 2022, manejando borracho por la Ruta 22 a casi 153 kilómetros por hora, embistió una Ford Ranger roja donde viajaban cuatro jóvenes. Murió Félix Retamal, y los otros tres sufrieron heridas graves. Por ese episodio fue condenado a 3 años de prisión efectiva y 5 de inhabilitación para conducir, aunque apeló la sentencia y no estaba detenido.
Pero eso no fue todo. Apenas seis meses después, el 1 de enero de 2023, fue denunciado por abuso sexual de una joven que conocía de vista. La Justicia comprobó que la situación pasó de consentida a violenta, y en diciembre de 2024 lo condenó a 6 años de prisión. La defensa volvió a apelar, por lo que tampoco quedó detenido de inmediato.
El jueves 28 de agosto parecía que la historia terminaba en la cárcel. La fiscalía pidió la prisión preventiva, el tribunal lo concedió, y Plos participó de la audiencia virtual desde su casa. Pero cuando los jueces ordenaron su traslado, el joven apagó la cámara. “¿Al señor Plos se lo puede ver?”. Tres minutos después, llegó la alerta, la tobillera electrónica se había desconectado y Plos estaba en libertad… otra vez, pero de manera ilegal.
Desde entonces, rastrillajes, allanamientos y búsquedas intensas recorren Villa Regina y alrededores. La Justicia incluso solicitó embargo preventivo y prohibición de innovar sobre sus bienes, incluyendo el 40% de su empresa de transporte y logística, para frenar cualquier intento de fuga económica mientras sigue prófugo.
En la ciudad, nadie entiende cómo alguien puede desaparecer así. Y mientras las fuerzas de seguridad siguen tras su rastro, la historia de Plos se convierte en una mezcla de incredulidad y suspenso: un condenado que desafía la ley y se esfuma frente a todos, dejando a Villa Regina en vilo.