Mientras continúa sin éxito la búsqueda de Facundo Ángel Plos, el joven condenado por abuso sexual que se sacó la tobillera en plena audiencia por Zoom y se fugó de su casa en Villa Regina, la Justicia de Río Negro decidió golpearlo en donde más le duele: su patrimonio.
La fiscalía logró que el Tribunal ordenara un embargo preventivo sobre el 40% de las cuotas sociales y utilidades que Plos posee en una empresa de transporte y logística vinculada a su familia. Esa porción de acciones quedó bloqueada, sin posibilidad de venderse, transferirse o usarse como garantía.
Además, se dispuso la prohibición de innovar sobre esas participaciones y la inhibición general de bienes, lo que significa que el prófugo no puede disponer ni de propiedades, ni de vehículos ni de ningún otro bien registrable. Cada movimiento deberá tener autorización judicial.
Evitar que la fuga se sostenga con dinero
El Ministerio Público explicó que la estrategia busca impedir que Plos financie su vida en la clandestinidad con los recursos económicos que aún controla. Amparados en el artículo 117 del Código Procesal Penal, los fiscales remarcaron que estas medidas también servirán para asegurar el cobro de las costas judiciales que genere el proceso.
La orden ya fue notificada a la Inspección de Personas Jurídicas y a los organismos que regulan el registro de bienes en la provincia.
La búsqueda, sin resultados
Mientras tanto, los rastrillajes en Villa Regina y alrededores no han arrojado resultados positivos. Efectivos de la Comisaría 5°, la Brigada de Investigaciones, la Brigada Motorizada y perros rastreadores cubrieron la zona durante el fin de semana, pero no encontraron rastros de Plos.
El Ministerio Público Fiscal mantiene vigente el pedido de captura nacional y no descarta ampliar la búsqueda a provincias vecinas.
Un prófugo con doble condena
Plos, de 26 años, no solo tiene una condena firme de seis años por abuso sexual con acceso carnal, sino que además arrastra otra de tres años por homicidio culposo, tras un choque fatal ocurrido en 2022 cuando conducía alcoholizado.
Su fuga en plena audiencia virtual y ahora el embargo de sus bienes lo colocan en el centro de un escándalo judicial que expone las fallas en el control de los condenados.