La Justicia condenó a los policías Damián Alejandro Barona y Oscar Germán Coronel a un año y cuatro meses de prisión en suspenso por un caso de Gatillo Fácil. Durante una persecución en el barrio Costa Norte, balearon en la cabeza a un joven motociclista que, según se comprobó, estaba desarmado. Como parte de la sentencia, ambos efectivos fueron inhabilitados para desempeñar tareas de seguridad y prevención, por lo que deberán entregar sus armas reglamentarias y la Policía de Río Negro deberá pagarles el sueldo todos los meses.
La audiencia de cesura se desarrolló a través de la plataforma Zoom, y los dos policías Barona y Coronel, siguieron atentos la lectura desde la Comiasaría 11° de Allen y la Comisaría 33° de Río Colorado, donde fueron trasladados. En la etapa previa del proceso, los agentes reconocieron su responsabilidad en los hechos y acordaron con la fiscalía llevar adelante un juicio abreviado. El juez Guillermo Baquero Lazcano, ordenó notificar a la fuerza sobre la nueva situación de los efectivos.
El hecho sucedió el 9 de agosto de 2020, cuando los agentes Barona, Coronel y un tercer uniformado, Leandro Pastene –quien posteriormente fue absuelto por falta de pruebas– ,patrullaban la zona rivereña de Cipolletti. Una vecina denunció que un motociclista realizaba disparos al aire en el barrio Costa Norte. Al acudir al lugar, los uniformados identificaron al sospechoso y emprendieron una persecución a los tiros por la zona de chacras. En un trágico desenlace, el joven Franco Cabrera cayó al suelo tras recibir un disparo en la cabeza.
A pesar de la gravedad de la herida, Cabrera, que en aquel momento tenía 20 años, logró sobrevivir tras varias intervenciones en el Hospital Pedro Moguillansky. Los policías se justificaron con el argumento de que el presunto delincuente estaba armado, sin embargo, en el lugar dodne cayó tendido el joven, no se encontró ningún arma que pudiera vincularlo con los disparos denunciados.
La investigación determinó que los efectivos hicieron uso indebido de sus armas reglamentarias, En el juicio abreviado, la defensa y la querella represetnada por el Minsiterio Público, bajó la calificación legal a “lesiones gravísimas agravadas por el uso de arma de fuego”, sin agravantes. Como atenuante, se tuvo en cuenta que la denunciante había identificado a Cabrera como el responsable de los disparos.
La víctima había llegado hace pocos meses a Cipolletti, desde su Misiones natal. Una oferta laboral en la zona de chacras fue el motivo de la mudanza, peor luego la pandamia de Covid-19 complicó su estabilidad laboral. Después del disparo en su cabeza, Cabrera se repuso del diagnóstico original que era muerte cerebral. Luego de varios meses internado y de rehabilitación, pudo recibir el alta.