A partir de la definición que la ciudad de Neuquén es un foco de contagio del coronavirus, con un pico en el aumento de casos en los últimos 15 días, el gobierno provincial decidió cerrar las fronteras y apostó a un riguroso control policial en los accesos de Plottier y Centenario. Estos, se suman a los que ya funcionan por Río Negro. En el primer día, centenares de automovilistas fueron rebotados por no cumplir con el único requisito que permite cruzar hacia la capital: prestar un servicio considerado esencial. “En el ex peaje de Centenario, sobre la ruta 7 en solo dos horas, hicimos volver a 90 conductores”, informó el jefe de Tránsito de la Policía neuquina, comisario mayor, Carlos Alarcón.
Los nuevos controles de tránsito para “blindar” la capital neuquina son cinco y están fundamentalmente ubicados en el paso desde Centenario, por ruta 7, y desde Plottier, por ruta 22. “Las demoras son importantes y se han hecho regresar a muchos conductores. En el control desde Centenario, en horario pico, se hicieron volver a 90 conductores solo en 2 horas”, explicó Alarcón. Del lado de Plottier, sólo hasta el mediodía, ya se había contabilizado 150 “rebotes”.
Pese al malestar que generan los controles, Alarcón explicó que hay confusión entre quienes cumplen una tarea “esencial”, como puede ser la Policía o personal de Salud con aquellos, que al principio de la declaración de pandemia, se consideraban servicios exceptuados. “Esto no es caprichoso, nos tenemos que cuidar entre todos”, opinó Alarcón.