TURISMO DE RIESGO

Preocupa la enorme cantidad de rescates en las montañas

Los turistas intentan llegar a los refugios sin lo elementos adecuados y hasta en ojotas.
jueves, 10 de febrero de 2022 · 02:00

La temporada turística en la zona cordillerana es la mejor en años. Pero junto con la cantidad de visitantes también se multiplica la actividad de los bomberos y rescatistas que deben intervenir ante diversos problemas que tienen aquellos intrépidos que sin los elementos adecuados intentan llegar a los distintos refugios de montaña. Los socorristas han llegado a intervenir en situaciones de riesgo donde las personas intentan subir la montaña caminando con ojotas o crocs.

Los refugios de montaña de El Bolsón se transformaron en las últimas temporadas en un gran atractivo para aquellos que no se conforman solamente con el paisaje, sino que también buscan la aventura subiendo las distintas montañas. De igual manera crecieron los rescates que las distintas patrullas deben hacer ante los accidentes que sufren los turistas en el camino por no tomar las precauciones necesarias.

Las patrullas que mantienen las guardias están compuestas por Bomberos Voluntarios, personal policial y del SPLIF por si además se registra algún foco de incendio. La suba en las intervenciones es una situación que preocupa, ya que han llegado a intervenir hasta cuatro veces en el mismo día y en el 90% de los casos se debe a la falta de recaudos de aquellos que intentan subir y sufren lesiones por no ir con el calzado adecuado o con mochilas cargadas con demasiado peso.

En el cálculo que manejan los encargados del área de turismo, creen que al finalizar la temporada de verano unos 100 mil turistas habrán subido al circuito de refugios de montaña con el río Azul a un costado. Pero menos de un 50% de esas personas son las que se registran en la Oficina de Montaña, habilitada para advertirle a los visitantes las medidas imprescindibles que deben tomar para poder caminar durante varias horas o días, depende de la excursión.

La mayor cantidad de los accidentes se producen por caídas o tropiezos en las piedras y raíces de los árboles. Las torceduras de tobillos y rodillas se repiten y en muchísimos casos deben ser asistidos porque no pueden continuar caminando. En la mayoría de los casos ocurren por no utilizar el calzado adecuado.

Si bien los rescatistas intervienen cada vez que los convocan, los operativos demandan un movimiento de una gran cantidad de personas y de vehículos, con un importante gasto de funcionamiento, además del desgaste que significa en los socorristas de Bomberos y de la patrulla de montaña de la Policía.

Esta situación también desnuda la falta de controles en los distintos senderos. Las asistencias realizadas en la montaña, "son por la falta total de información de las personas que suben en ojotas. O lo peor, que hacen fuego en la naturaleza, que puede derivar en un incendio forestal por no saber manejarse en medio del bosque", explicó Jano Namor, jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios.

El mismo caos que se vive en la montaña se evidencia en el sector de Wharton, donde se deben dejar los vehículos para poder acceder a los refugios del Cajón del Azul. La cantidad de personas resulta incontenible para las guardias ambientales que hacen hasta lo imposible para parar a los visitantes e instarlos a que se registren en la oficina y de esta manera poder llevar un control de todos los que suben.

Además de la movilización del personal de montaña, también se deben trasladar al lugar ambulancias del hospital local, lo que también afecta al servicio de salud de la ciudad.

 

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