A 12 años del crimen del sargento policial, José Aigo, el Gobierno de Neuquén elevó nuevamente las recompensas para lograr capturar a los autores del asesinato, Jorge Antonio Salazar Oporto y Alexis Alfredo Cortés Torres, ocurrido en la cuesta de Pilo Lil, en cercanías a Junín de los Andes.
A través del Decreto 410/22, el Ministerio de Seguridad oficializó las dos recompensas en 100 mil dólares cada una, para aquellas personas que brinden “datos útiles, certeros, veraces, comprobables y determinantes” que permitan dar con la detención de los fugitivos de nacionalidad chilena.
Como resultado del interés en el esclarecimiento del hecho, el Gobierno provincial volvió a elevar las recompensas en 50 mil dólares, para dar con los dos asesinos sobre quienes pesa pedido de captura nacional desde el 15 de marzo de 2012 e internacional desde el 29 de marzo de 2012.
Las personas que quieran suministrar datos, pueden hacerlo de forma anónima y deberán comunicarse telefónicamente al Departamento de Seguridad Personal al 299 4482040.
La ley 26.538 estableció el Fondo Permanente de Recompensas para aquellos que proporcionen información que permita resolver casos de delitos complejos, incluyendo homicidios.
Cómo fue el crimen del policía José Aigo
El asesinato ocurrió el 7 de marzo de 2012, cuando Salazar Oporto y Cortés Torres se trasladaban hacia la frontera sobre la Ruta 23, a 40 kilómetros de Junín de Los Andes, y en un procedimiento de tránsito de rutina Aigo de 39 años y su compañero vieron una camioneta Mitsubishi L 200 blanca con tres ocupantes en una actitud sospechosa.
Los efectivos procedieron a solicitarle la documentación, les pidieron que se identificaran y en ese momento uno de ellos, con un arma de alto calibre ejecutó de tres disparos por la espalda a Aigo y luego se dieron a la fuga a través de un paso fronterizo clandestino chileno. A pesar de que su compañero logró llevarlo al hospital, falleció minutos después.
El conductor del vehículo era el hijo del entonces intendente de San Martín de los Andes, Juan Marco Fernández, quien quedó demorado e imputado en la causa como partícipe del crimen y luego resultó absuelto en un fallo de segunda instancia.
Tiempo después se reveló que quien ejecutó a Aigo fue Salazar Oporto, vinculado al ejército guerrillero MIR- EGP. Además se supo que estaba prófugo de la justicia chilena desde 1997, año en que hirió a un carabinero en un enfrentamiento en Lontué, región del Maule.
Salazar Oporto y Cortés Torres a su vez estuvieron vinculados a la causa guerrillera que intentaron levantar en varias oportunidades los denominados “mapuche argentinos”, que habitan en la zona sur de Chile.