Una vecina de Cipolletti vivió más de una década rodeada de humedad, hongos y cortes de luz en su casa. Todo por las pérdidas de agua que bajaban desde el departamento de arriba. El deterioro fue empeorando con el tiempo, hasta que finalmente la justicia decidió intervenir.
La historia arranca en el Barrio 350 Viviendas, en un edificio donde la mujer ocupa un departamento en planta baja. Desde 2014, empezó a notar filtraciones que venían del primer piso. El agua se metía por techos y paredes, se formaban manchas oscuras, el moho no daba tregua, y hasta los cables dejaron de funcionar por el riesgo de electrocución.
Durante años hizo de todo: habló con vecinos, presentó notas, juntó pruebas y hasta llevó el caso a la justicia. Pero el agua seguía bajando, y los daños se acumulaban. En abril de este año, cansada de esperar, presentó una nueva denuncia, esta vez con el respaldo de la Defensoría de Pobres y Ausentes. Su pedido fue claro: necesitaba una intervención urgente, no solo por el estado de su casa, sino porque su salud le exige vivir en un ambiente seco.
En mayo, un oficial de justicia se hizo presente en los dos departamentos: el de ella, y el del primer piso, donde estaban las pérdidas. Lo que encontró fue grave: humedad severa, techos arruinados, hongos en los cielorrasos y sectores sin electricidad por el peligro que representaban los cables mojados. En el departamento de arriba, las pérdidas seguían activas.
No era la primera vez que la justicia se metía en el tema. En 2018 ya se había tramitado otra causa, con una orden de reparar los mismos problemas. Pero nada cambió. El tiempo pasó, los informes médicos se sumaron al expediente, y la situación empeoró. Esta vez, el juez no dudó. Ordenó reparaciones inmediatas en el departamento de arriba. Dio un plazo de 15 días y avisó que, si no se cumplía, la mujer podía hacer las obras por su cuenta y pasarles la cuenta a los responsables.
El fallo no buscó castigar ni cobrar daños: se enfocó en prevenir un peligro. El caso fue abordado bajo la figura de “daño temido”, que permite actuar cuando hay un riesgo real e inminente. Y eso fue justamente lo que quedó demostrado con las pruebas, las fotos, los informes médicos y las inspecciones.