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Miércoles 29 de Octubre, Neuquén, Argentina
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La tercera banca al Senado no tiene dueño: el recuento puede dejar afuera a Ana Marks

La pelea por la tercera banca al Senado sigue abierta. Ana Marks y el libertario Enzo Fullone esperan el recuento voto a voto que podría cambiar la definición entre Fuerza Patria y LLA.

Martes, 28 de octubre de 2025 a las 19:21
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En Río Negro, la tercera banca al Senado todavía no tiene dueño. Y aunque Fuerza Patria aparece al frente en la carga de números, nadie se anima a asegurar el triunfo. El roquense Martín Soria ya tiene un escaño asegurado en la Cámara Alta, al igual que Lorena Villaverde, pero la diferencia entre el peronismo  y La Libertad Avanza es de apenas 2.100 votos, que se puede revertir en el recuento definitivo. La barilochense Ana Marks sabe mejor que nadie que hay que esperar el fallo de la Justicia electoral, lo sufrió en 2021, cuando quedó afuera por apenas 736 votos.

Con el 99,4% de las mesas escrutadas, 608.453 votos de los 611.8134 habilitados en el padrón, la diferencia es de apenas 0,52 puntos, unos 2.100 votos. Con más de tres mil sufragios todavía sin contar, el resultado puede dar un giro. Y no sería la primera vez que Marks pasa de la euforia al desencanto en cuestión de días.

En 2021, la peronista había estado a un paso de ingresar al Congreso como diputada. Pero el recuento definitivo le jugó una mala pasada: Aníbal Tortoriello (PRO) terminó arrebatándole la banca por solo 736 votos. La derrota fue tan ajustada que todavía se recuerda como una de las más dolorosas del PJ rionegrino.

Del otro lado, los libertarios también guardan silencio, aunque con una esperanza intacta. Si el escrutinio definitivo cambia los números, Enzo Fullone, el compañero de fórmula de Villaverde, que hizo más campaña con Tortoriello que con la polémica empresaria cipoleña, podría ser quien finalmente se siente en esa banca violeta del Senado.

Por ahora, la tercera banca sigue flotando. Y Ana Marks vuelve a revivir la misma película: la del resultado que se define voto a voto, con el corazón en la garganta y la calculadora en la mano.

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