En diciembre, el Parque Central de Fernández Oro va a oler a humo rico. No cualquier humo: el del tercer Asado de Oro, un festival que promete romper todos los récords entre costillares, chorizos cantores y público buscando un lugar cerca de la parrilla.
El menú es abundante: concursos de asadores, espectáculos, sorteos para todos los bolsillos y el premio que hace relucir los ojos a cualquiera… un auto 0 kilómetro esperando dueño. También habrá motos, bicis y varias sorpresas con la idea de que nadie se vaya con las manos vacías. Y para que la fiesta tenga ritmo, Sele Vera ya tiene su nombre grabado en la grilla. Si algo está claro, es que más de uno va a terminar bailando con la panza llena.
El festival también tiene su corazón solidario. Una parte de lo recaudado irá para la cooperadora del Hospital Carlos Rais, una manera de acompañar el trabajo silencioso que sostiene la salud de la ciudad. Asar para ayudar: una tradición que se celebra doble.
La presentación oficial fue en el predio de La Masía. Funcionarios, empresarios y vecinos coincidieron en algo: esta fiesta mueve la aguja. Turismo, comercio, gastronomía, todo se enciende en un fin de semana largo que promete atraer a visitantes de toda la región.
En las próximas semanas irán confirmando más artistas y actividades. La organización quiere que el Asado de Oro se haga un lugar en el calendario grande del Alto Valle. Y pinta para eso.
Si alguien duda del poder del asado, basta con mirar lo que pasó en Cipolletti hace unos días: 10 mil personas rodeando parrillas, 2 mil kilos de carne y 55 equipos dejando todo por la gloria. Esa fue solo la previa. En Fernández Oro quieren más: más público, más fiesta, y por qué no, el asado más rico del país. Fernández Oro ya tiene el fuego listo. Ahora solo falta que diciembre llegue con el primer chisporroteo.
 
 