La Suboficial Principal Carolina Catalán, integrante de la División Tránsito de San Martín de los Andes, fue una de las personas que, sin dudarlo, se ofreció como voluntaria durante uno de los incendios más devastadores que haya enfrentado la provincia en los últimos años: el incendio del Valle Magdalena.
Este siniestro, que comenzó el 30 de enero, fue considerado una de las emergencias ambientales más complejas de la región. Requirió un enorme operativo de contención que involucró a más de 1.000 personas y 17 medios aéreos, extendiéndose por más de dos meses hasta lograr su control definitivo en marzo. El fuego consumió más de 12.000 hectáreas de bosque nativo, afectando gravemente la flora, la fauna y la vida de numerosas familias de la zona.
En medio de ese escenario desolador, Carolina, madre soltera de cuatro hijos y cuidadora de su madre, decidió no quedarse al margen. “Llamé y me puse a disposición. Es nuestra ciudad vecina, necesitaba aportar como sea”, recordó en diálogo con Pancho Casado en el programa "La mañana es de la Primera" en AM550. A pesar de sus múltiples responsabilidades familiares, no dudó en presentarse voluntariamente para ayudar en lo que fuera necesario.
“Una lo hizo con la intención de servir, es nuestro trabajo”, afirmó con humildad. Pero su decisión fue mucho más que eso: fue un acto de profundo compromiso personal y profesional. “Sentía la necesidad de que tenía que estar ahí. Me hace sentir bien no quedarme cruzada de brazos”, agregó.
El impacto emocional del incendio también la movilizó: “El impacto que generó todo esto, la pérdida de la flora y fauna y de todo lo que podían perder las familias”, señaló.
Su vocación, sin embargo, convive con los desafíos cotidianos de la maternidad y el cuidado familiar. “Hay que hacer un equilibrio entre la familia y el trabajo. Hay que cuidarse, uno sabe que es mamá y que la están esperando”, reflexionó.
Agradecida por la institución que le dio su lugar, Carolina cree que esta fue también una forma de retribuir tantos años de carrera: “Necesitaba cumplir o dar la devolución de tantos años de carrera en esta hermosa institución. Soy una agradecida por este uniforme”. Hoy, su compromiso sigue firme. Dispuesta a continuar sirviendo a su comunidad.