Un golpe duro para el automovilismo de de toda la región. Miguel Debasa, “Miguelito” para todos, murió a los 71 años tras una descompensación en el rally de en Chichinales, mientras se disputaba la primera prueba especial de la segunda etapa de la penúltima fecha del Rally Regional.
El hombre que puso a Catriel en el mapa del rally Nacional y que dio a la pista a campeones como Mauro y Maximiliano, se descompensó y no pudo superar un paro cardíaco en el hospital de Regina.
La tragedia cortó de raíz una jornada que prometía emociones: Mauro, su hijo menor, estaba a un paso de consagrarse campeón otra vez, pero al enterarse de lo que ocurría, abandonó la competencia y no largó la segunda prueba.
Maximiliano, su hijo mayor, cargó a su padre en la camioneta y salió a toda velocidad hacia el hospital, pero la vida ya le había jugado su última curva.
Miguelito fue más que un piloto: fue un constructor de leyendas. Corrió primero con su padre Juan Tomás en un Renault 12 y a principios de los ’80 armó un Renault 18 con el que le peleaba de igual a igual a fenómenos cordobeses como Jorge Recalde y Mario Soto que corrían en el equipo oficial Renault, luego peleó con Gabriel Raies, los máximos referentes de la época.
Lo más notable: cada auto lo construían en familia, con sus propias manos, en Catriel, y esa pasión la heredaron sus hijos. Miguelito aún hoy, era el encargado del armado de las cajas de cambio de los autos que armaban en el taller familiar.
Su historia fue reconocida apenas días atrás: en la fecha anterior del Rally Regional, la Municipalidad de Catriel le entregó un reconocimiento en homenaje por ser pionero en la actividad automovilística de la ciudad.