En una jornada clave para la economía provincial, la Cámara de Diputados de Neuquén aprobó este miércoles, por mayoría, la reforma fiscal y el nuevo marco impositivo que regirá a partir de 2026. La votación se realizó durante la 25° sesión ordinaria de la Legislatura, presidida por la vicepresidenta primera Zulma Reina, y marcó un hito en la política tributaria de la provincia.
El diputado Marcelo Bermúdez (PRO-NCN) sostuvo que más del 80% de los neuquinos se beneficiarán con la nueva escala impositiva, que implica una menor carga tributaria. Según el legislador neuquino, “más del 80% de los contribuyentes van a estar sometidos a alícuotas menores que en muchas jurisdicciones de la Argentina”, destacando que los monotributistas, en particular, se beneficiarán con una reducción de impuestos. En el régimen simplificado de ingresos brutos, los tributos de los monotributistas oscilarán entre el 1.7% y el 2%, cifras considerablemente más bajas que las que se aplican en otras provincias.
El diputado también explicó en detalle la nueva escala de ingresos brutos que regirá para aquellos contribuyentes que no son monotributistas, como prestadores de servicios o comercios minoristas. “Los que vendan hasta 250 millones de pesos pagarán un 1.5% de ingresos brutos. Pero, por ejemplo, los que facturen entre 250 y 500 millones, pagarán una alícuota de entre 2.5% y 3.5% en lugar del 5% que regía hasta el año pasado”, aclaró Bermúdez. Esta nueva estructura de alícuotas busca aliviar la carga fiscal de los sectores productivos, favoreciendo a los que tienen un volumen de ventas medio o bajo.
Impuesto de sellos: críticas y propuestas de cambio
Sin embargo, la reforma no estuvo exenta de críticas, sobre todo en relación con el impuesto de sellos, uno de los tres tributos más importantes que recauda la provincia, junto con el impuesto inmobiliario y los ingresos brutos. Bermúdez no dudó en calificar al impuesto de sellos como “un impuesto horrible”, ya que recae sobre contratos que se firman, incluso antes de que se cumpla el acuerdo o se obtenga un beneficio concreto.
“Es un impuesto que se paga sobre un papel, sobre un contrato que, en muchos casos, ni siquiera se sabe si va a cumplirse. Se sella antes de que el contrato se ejecute, lo cual genera una distorsión”, sostuvo el legislador, quien además agregó que este impuesto grava de forma injusta a aquellos que firman contratos de compra-venta, préstamos o alquileres. En estos casos, según Bermúdez, se paga el impuesto de sellos sobre el valor total de la operación, incluyendo el IVA, lo que implica, en algunos casos, un “impuesto sobre otro impuesto”.
El diputado también cuestionó la aplicación del impuesto de sellos en los contratos de préstamo, argumentando que este tipo de tributos no deberían aplicarse a los acuerdos financieros, ya que los préstamos son herramientas que se utilizan para afrontar situaciones económicas complicadas o hacer inversiones. “¿Por qué vamos a cobrar un impuesto sobre un préstamo? Las inversiones deben ser incentivadas, no gravadas”, planteó Bermúdez.
Bermúdez destacó que la reforma fiscal tiene como objetivo mejorar la competitividad de la provincia y reducir la presión tributaria sobre los sectores productivos. Sin embargo, el legislador también dejó claro que existen otros puntos que deberán ser corregidos en el futuro, especialmente en lo que respecta al impuesto de sellos. “Este tema lo planteé y vamos a trabajar para corregirlo el año que viene”, concluyó.