Neuquén vivió en las últimas horas un hecho que podría marcar un antes y un después en la lucha contra la inseguridad. Dos delincuentes que fueron demorados por la policía tras cometer un robo, y que presentaban antecedentes penales, permanecen detenidos. A diferencia de otras oportunidades, esta vez la Justicia cuenta con una herramienta legal que impide su liberación inmediata: la ley de reiterancia de delitos, recientemente aprobada por la Legislatura provincial.
Para el diputado provincial del PRO NCN, Marcelo Bermúdez, este es un punto de inflexión en la política de seguridad: “Lo que corresponde ahora es que el fiscal analice si la ley de reiterancia puede aplicarse en estos casos. Si hay antecedentes, debe solicitar la prisión preventiva”, explicó en diálogo con AM550.
Bermúdez celebró la actuación de la Policía, que rápidamente puso a disposición de la Justicia a los sospechosos, y apuntó al rol de los fiscales y jueces: “La ley ya está vigente. Es una reforma al Código Procesal Penal y no necesita reglamentación. Si una persona tiene antecedentes y vuelve a delinquir, el fiscal debe pedir prisión preventiva y el juez tiene que evaluar su aplicación. Es una herramienta que ya está en manos de la Justicia”.
“Se acabó la joda”
Durante la entrevista radial, el legislador enfatizó la importancia simbólica de la ley de reiterancia. “Antes el mensaje era claro: ‘Robá tranquilo, total no pasa nada’. Ahora el mensaje es otro: con reiterancia, el que delinque reincidiendo va preso. Se acabó la joda”, sostuvo.
La norma fue impulsada por el bloque del PRO y sancionada con apoyo del gobernador Rolando Figueroa. Su objetivo es evitar que personas con antecedentes delictivos recuperen rápidamente la libertad tras ser detenidas por nuevos hechos.
“La puerta giratoria que vivíamos en Neuquén empieza a cerrarse. Esta ley permite cortar de raíz una conducta delictiva. Si ya te enganché una vez y volvés a delinquir, vas en cana”, explicó Bermúdez, quien remarcó que el cambio de paradigma depende de que los operadores judiciales apliquen la norma con decisión.
Crisis carcelaria y debate sobre los recursos
Uno de los puntos sensibles que surgió durante la entrevista fue el problema de infraestructura carcelaria. “¿Dónde los metemos?”, preguntó Pancho Casado, a lo que Bermúdez respondió tajante: “Ese es un problema de los delincuentes. Si tienen problemas de hotelería o gastronomía, lo lamento. El gobierno está invirtiendo para mejorar las cárceles, pero mientras tanto, que se la banquen”.
El legislador también criticó la entrega de la cárcel de Senillosa al Gobierno nacional, lo que significó la pérdida de 300 plazas para detenidos. Aun así, aseguró que se están ampliando unidades en Cutral Co, Plottier y otras localidades. “Ampliar una cárcel no es fácil ni barato, y compite con escuelas, hospitales y rutas. Pero se está haciendo”, expresó.
Justicia garantista y “almas sensibles”
En un tono crítico, Bermúdez apuntó contra algunos sectores del Poder Judicial y de la sociedad civil que, según él, “tienen más sensibilidad por los delincuentes que por la gente honesta”. Dijo que la falta de decisión para aplicar las leyes alimenta la impunidad y desprotege a quienes trabajan y pagan impuestos.
“No podemos seguir viviendo detrás de una reja, pagando sistemas de alarmas, mientras los que delinquen entran y salen como si nada. Eso sí es infrahumano. Necesitamos jueces que sean sensibles con la víctima, no con el victimario”, reclamó.
El caso reciente de los dos delincuentes detenidos con antecedentes parece ser el primer ensayo práctico de una ley que busca cambiar la lógica judicial en la provincia. Si se aplica con firmeza, como exige Bermúdez, podría marcar el fin de la puerta giratoria en Neuquén. Pero el debate recién empieza: entre la necesidad de justicia efectiva y las limitaciones del sistema penitenciario, el desafío ahora es lograr el equilibrio entre seguridad, legalidad y derechos humanos.