Con el inicio de la temporada alta de invierno, la Agencia de Recaudación Tributaria de Río Negro puso en marcha un operativo de fiscalización comercial en Bariloche, que se extenderá hasta el 30 de julio. El objetivo es garantizar el cumplimiento de las normativas impositivas y de defensa del consumidor, en un contexto de fuerte afluencia turística. Los controles se desarrollarán en establecimientos comerciales y de servicios vinculados a actividades invernales, con especial atención en zonas de alta concentración turística como el Cerro Catedral, el centro cívico y los corredores gastronómicos. La iniciativa busca reforzar las inspecciones que se realizan durante todo el año, pero con énfasis en la protección de los derechos de los consumidores y en la competencia leal entre prestadores.
Durante los operativos, los inspectores verificarán que los comercios acepten tarjeta de débito como medio de pago, tal como lo establece la normativa vigente. También se controla el cumplimiento de la Ley 5.648 de Manipulación de Tarjetas, que exige que los locales cuenten con terminales electrónicas inalámbricas, permitiendo que sea el propio consumidor quien opere su tarjeta, reduciendo el riesgo de robo de datos. Además, se fiscalizará la exhibición clara de precios, el respeto de los valores publicados al momento del cobro, la correcta emisión de factura o ticket, y la inscripción en el Impuesto sobre los Ingresos Brutos, junto con otras obligaciones fiscales. La Agencia recordó que se pueden realizar denuncias impositivas y de defensa del consumidor de forma online a través del sitio oficial agencia.rionegro.gov.ar.
El operativo se incluye en una temporada invernal que muestra cifras récord de movimiento turístico. Según datos oficiales, Bariloche recibirá más de 1.075 vuelos nacionales e internacionales durante julio, con una frecuencia diaria de entre 34 y 41 aviones en el aeropuerto Teniente Luis Candelaria. En este contexto, la fiscalización busca garantizar transparencia comercial y evitar abusos en los precios y servicios ofrecidos a los visitantes. “La dinámica del turismo exige controles ágiles y efectivos, que protejan tanto al consumidor como al comerciante responsable”, señalaron desde la Agencia.
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