Una llamada en vivo, una relación secreta y una verdad que sorprendió a todos. Así fue el momento que vivieron los conductores de Olvidate de Todo, el programa que se transmite por Urbana Play, cuando un oyente llamado Pablito, desde Neuquén capital, decidió contar su historia durante el segmento “Amores a escondidas”.
La consigna del día era clara: compartir experiencias en las que uno fue ocultado por su pareja o hizo lo mismo con la otra persona. Lo que nadie esperaba era que, en medio de relatos divertidos y anécdotas personales, llegara una historia que descolocaría a todos.
“Soy un ocultado. Estamos en la sombra”, dijo apenas comenzó a hablar. De fondo, se escuchaban risas, gritos y voces, lo que generó confusión entre los conductores. Pablito comentó que su pareja lo mantiene oculto desde hace diez años, por “la situación en la que se encuentra”. Y aunque al principio no quiso dar detalles, el misterio pronto se resolvió.
“Por el lugar en el que me encuentro...”, deslizó. Y cuando el conductor del programa le preguntó directamente si estaba preso, Pablito lo confirmó: “Sí, exactamente eso”.
La revelación generó un cóctel de emociones en el estudio: sorpresa, incomodidad, risas nerviosas y una reflexión inevitable sobre los límites de lo inesperado. Pero la historia todavía tenía más.
Pablito contó que su pareja lo visita regularmente los miércoles y sábados, y que el vínculo se mantiene en secreto. Cuando la conductora, entre risas, especuló: “No me digas que es una policía”, él no respondió directamente, pero su risa lo dijo todo. Todo indica que su novia, que lo mantiene oculto, sería una oficial de seguridad.
Pero lo que había empezado como una confesión insólita derivó en una profunda reflexión sobre la vida en prisión y el deseo de redención.
“Cuando uno elige mal el camino, termina pagando lo que hace. Lo mío fue leve, pero se fue acumulando. Hay que reconocer los errores que uno tiene en la vida”, dijo con tono serio.
Contó que dentro del penal trabaja haciendo carpintería, que estudia, y que tiene la esperanza de recuperar su libertad en marzo del año que viene.
“Quiero tener un trabajo en blanco. Es lo que más deseo de corazón. A los chicos les quiero decir que cuesta un montón, pero hay que ponerle onda, buscar el buen camino y alejarse de la mala junta” —cerró con emoción.
La historia dejó un sabor agridulce entre los conductores y oyentes: el desconcierto por una llamada desde la cárcel con un celular, el misterio de una relación oculta con una policía, y, al mismo tiempo, la humanidad de una voz que, pese a estar tras las rejas, busca reconstruirse y dejar una enseñanza.