Ruta 7: la ruta de la muerte que por fin será vigilada como corresponde
Después de años de muertes evitables, choques frontales y velocidades suicidas, la Ruta 7 entre San Patricio del Chañar y Añelo finalmente tendrá controles cada 10 kilómetros, radares, alcoholemia obligatoria y patrullaje constante. La medida arranca este sábado y busca ponerle freno a una situación insostenible.
Durante los últimos meses se registraron velocidades de 160 y hasta 183 km/h en este tramo, según datos oficiales. A eso se suman adelantamientos en curva, camiones sin control y subcontratistas petroleros que manejan sin ningún tipo de restricción. El resultado: muertos todas las semanas, heridos graves y rutas transformadas en escenarios de guerra.
Basta de mirar para otro lado: la ruta no es una pista de carreras
La nueva disposición reduce la velocidad máxima de 110 a 80 km/h en los 50 kilómetros más críticos de la traza. Se instalará una base sanitaria operativa las 24 horas en el kilómetro 25, equipada con ambulancia y móvil de emergencia. Además, se incorporan radares móviles y fijos, test de alcoholemia obligatorios y personal policial apostado cada 10 kilómetros.
La excusa de que “hay que llegar rápido” quedó desmentida por las propias autoridades: la diferencia entre ir a 110 y a 80 es de solo 9 minutos. Nueve minutos que no valen una vida.
Petroleros, independientes y subcontratistas
Si bien muchas empresas petroleras ya controlan a sus choferes por GPS, otra parte del problema real son los independientes y subcontratistas: manejan sin control, con horarios agotadores y sin límites de velocidad. Las franjas horarias más peligrosas siguen siendo las de mayor tránsito de turnos: de 6 a 10 y de 17 a 21 horas.
La medida se toma en plena crisis por la siniestralidad vial en la región. Y aunque muchos la cuestionan por “excesiva”, lo cierto es que ya no hay margen para esperar. Las autovías no se construyen solas, y la muerte no espera.
Más vale tarde que nunca
Habrá multas, controles con báscula para camiones, presencia de Vialidad y coordinación con los ministerios de Transporte y Trabajo. Todo será evaluado semana a semana, con foco en los miércoles y sábados, cuando más gente viaja por recambio de turnos petroleros.
La Ruta 7 no es una pista de carrera. Es un cementerio al aire libre si se sigue manejando como hasta ahora.
Un viernes sangriento con tres muertes en un solo día
El viernes pasado terminó con un saldo trágico sobre la Ruta Provincial 7, que se cobró tres vidas en dos siniestros viales ocurridos con pocas horas de diferencia. El primero sucedió por la mañana, en la zona urbana de Centenario, donde una mujer que circulaba en moto fue atropellada por un auto. Murió en el acto.
Horas después, a pocos minutos del mediodía, un choque frontal entre una camioneta y un camión, entre San Patricio del Chañar y Añelo, dejó a dos hombres muertos. El impacto fue tan violento que ambos vehículos terminaron destruidos. Según fuentes oficiales, la alta velocidad y una maniobra temeraria habrían provocado la tragedia.
Uno de estos hechos fue en un tramo marcado por la imprudencia, la falta de infraestructura segura y el tránsito petrolero constante. La seguidilla de muertes volvió a encender el reclamo por medidas urgentes y controles reales, ante una ruta que muchos consideran directamente una trampa mortal.