Nadie imagina que ir a pescar puede convertirse en el peor día de tu vida, mucho menos en el último. Eso fue lo que le sucedió a Luis Rubén Seguel, un hombre de 49 años que fue a pasar un día de pesca junto a su amigo y fue arrastrado por la corriente del río Aluminé a pocos kilómetros Junín de los Andes. Aunque intentó ser asistido por su compañero, no pudo zafarse del caudal y terminó ahogado.
Todo sucedió el pasado lunes 24 por la tarde. Ambos hombres disponían del día feriado para distender de las jornadas laborales. Como corresponde para un día de pesca ambos hombres salieron temprano hacia el lugar. Cuando llegaron a la zona de Piedra del Indio ya eran cerca de las 14. Allí se dirigieron a un pozón reconocido por los pescadores de la región y mientras encontraban un lugar para establecerse ocurrió lo inesperado.
Mientras Seguel caminaba por una zona de poca profundidad, cayó dentro de un pozón que lo desestabilizó y lo hizo caer siendo arrastrado por la corriente. El hombre, sin saber nadar, intentó ponerse a salvo sin éxito. Fue tan rápida la situación que su amigo no llegó tampoco a asistirlo.
Con el aviso del compañero la policía y los bomberos llegaron a la zona embarcados junto a un buzo profesional y rastrillaron la zona. Con el paso de las horas la idea de encontrarlo sin vida crecía cada vez más, hasta que finalmente, cerca de las 20 encontraron el cuerpo sumergido dentro del río a varios metros de profundidad. Allí constataron que se trató de una muerte por asfixia de inmersión y se descartó alguna lesión compatible a una agresión de un tercero.