En la ciudad de Neuquén, el verdadero espíritu de las fiestas volvió a ponerse en primer plano a través del encuentro, la solidaridad y la empatía. Bajo el lema “Navidad sin Vanidad”, este martes 24 de diciembre el centro capitalino se transformó en un espacio de contención y cercanía, donde compartir una mesa, una palabra y un gesto de abrigo fue más importante que cualquier diferencia social o cultural.
La propuesta fue impulsada por la Diócesis de Neuquén, con el padre Diego Canale como principal referente, y logró convocar a más de 150 voluntarios que, de manera desinteresada, trabajaron durante toda la jornada para acompañar a cerca de 100 personas en situación de vulnerabilidad. El encuentro estuvo destinado especialmente a quienes atraviesan situaciones de calle, soledad o dificultades económicas, ofreciendo un espacio de inclusión y respeto.
"El protagonista es Jesús y todo el equipo de gente que trabajó para que esto sea posible”, aseguró Juan Espinoza, uno de los coordinadores del evento. “Todos estamos un poco rotos. Cuando los rotos nos juntamos para hacer cosas malas, nos rompemos más, pero cuando los rotos nos juntamos para hacer cosas buenas, sanamos”, agregó.
Durante la celebración se compartió una cena navideña, bebidas calientes y se entregaron prendas de abrigo, en un clima marcado por la escucha, el diálogo y la cercanía humana. Lejos de un festejo tradicional, la iniciativa buscó resignificar la Navidad desde valores como la humildad, la fraternidad y el compromiso social.
Para garantizar que la actividad se desarrollara en un marco de cuidado y dignidad, la Secretaría de Emergencias y Gestión de Riesgos desplegó un operativo integral en el sector. El mismo incluyó la presencia de personal sanitario, dispositivos de asistencia y coordinación preventiva, asegurando el acompañamiento necesario tanto para los asistentes como para los voluntarios.
Desde la organización destacaron la importancia del trabajo conjunto entre instituciones religiosas, organismos del Estado y la comunidad, y remarcaron que este tipo de acciones reflejan una forma distinta de vivir las fiestas, poniendo en el centro a las personas y sus realidades.