Eduardo Borgis permanece en huelga de hambre desde el jueves 11 de diciembre frente al edificio del Instituto Provincial del Seguro de Salud (IPROSS) en Cipolletti. Según explicó, decidió iniciar medidas de fuerza tras la suspensión de prestaciones médicas para su esposa, Silvia Carina Mardone, de 52 años, y su hija, Chiara Celeste Borguis, de 12 años, ambas con certificado de discapacidad.
Borgis sostuvo que hasta fines de 2024 el IPROSS cubría los servicios domiciliarios de atención, enfermería y kinesiología respiratoria, además de la asistencia médica regular. “Jamás me notificaron por qué dejaron de autorizarlas”, afirmó.
Los tratamientos suspendidos y los diagnósticos médicos
Silvia Mardone padece diabetes tipo 1 y un tumor cerebral. Según Borgis, la mujer recibía atención domiciliaria las 24 horas, además de visitas médicas programadas. Desde enero de 2025, el IPROSS habría retirado la totalidad de esa cobertura.
La situación de Chiara, su hija de 12 años
Chiara es cuadripléjica, tiene ceguera total, dependencia respiratoria crónica y se alimenta por sonda nasogástrica. Hasta diciembre de 2024 recibía kinesiología respiratoria y un esquema completo de cuidados. Esas prestaciones también fueron discontinuadas, según el reclamo.
Borgis afirmó que los diagnósticos y necesidades médicas continúan respaldados por informes emitidos por los neurólogos Marcos Semprino y Espinosa, especialistas que siguen su caso desde 2021.
Críticas al Departamento de Discapacidad del IPROSS
El denunciante cuestionó que el área de Discapacidad del IPROSS esté encabezada por una asistente social, acompañada por otra asistente social, una enfermera y un psiquiatra. Allí, dijo, se definen decisiones sobre prestaciones neurológicas sin la intervención de neurólogos.
También indicó que su hijo, Mardones Julián, enfermero profesional, fue excluido como prestador domiciliario pese a que ―según el propio dictamen― la Ley 2009-99 “no establece prohibición” para la relación enfermero-paciente dentro del grupo familiar.
Impacto económico y denuncias de presiones
Borgis afirmó que tuvo que solicitar préstamos bancarios para sostener los gastos médicos que antes cubría la obra social provincial. También denunció “persecuciones” dentro del sistema integral del Gobierno provincial y viralización de su situación en redes sociales.
Reiteró que la delegación Cipolletti “siempre fue receptiva”, pero que las definiciones provienen de la sede central en Viedma.
Qué espera el denunciante
Borgis afirmó que permanecerá en el lugar “hasta las últimas consecuencias” pese a que la situación le provoca problemas de salud, económicos y emocionales. “El deterioro que están teniendo mi hija y mi señora es terrible”, sostuvo.