Hace muy poco tiempo, pensar en un asistente que entre en tu bolsillo a quien pudieras consultarle cada duda chica que aparece en tu día era una fantasía tecnológica. Hoy es una realidad para millones de personas.
Un informe reciente de unas 64 páginas de Open AI en colaboración con el National Bureau of Economic Research (NBER) y la Universidad de Harvard, revela que ChatGPT ya no es solo herramienta de oficina: es parte de la vida cotidiana.
El estudio se basó en más de 1,5 millones de mensajes privados de usuarios enviados entre mayo de 2024 y julio de 2025. Se trata de personas reales preguntando, buscando ideas, pidiendo ayuda, sin filtros.
Hoy, Open AI tiene aproximadamente 700 millones de usuarios activos por semana. Eso equivale a como si casi 1 de cada 10 adultos del mundo usara la app semanalmente.
Originalmente, cuando Chat GPT apareció, los usuarios eran mayormente hombres. En 2022, hasta un 80 % de los usuarios clasificados eran masculinos. Pero el nuevo informe marca un cambio fuerte: para este año ya el 52 % de los usuarios registrados son mujeres. La brecha de género, que parecía algo fijo, se cerró.
También hay juventud: el grupo etario que abarca desde los 18 a 25 años genera casi la mitad de los mensajes. Mucha gente joven que ya vive en esa lógica digital, incluso para pedir ayuda con tareas personales más que laborales o académicas.
¿Y para qué usan Chat GPT?
Acá viene lo más novedoso: más del 70 % de los chats o interacciones que la gente tiene con Chat GPT ya no tienen que ver con el trabajo. Hace apenas un año ese porcentaje estaba más cerca de 55 %.
¿De qué se trata hoy? De cosas cotidianas, esas que a veces no les contás ni a tu mejor amigo: preguntas de “¿cómo preparo tal receta?”, “¿cómo le digo esta cosa a mi jefe?”, traducciones, escribir mensajes, corregir mails, planificar un viaje, hasta decidir qué regalo comprar. O sea, tareas que parecen en el menú diario de cualquier persona.
La categorización del informe separa los mensajes en tres grupos: “Asking” (preguntar, pedir consejo o información), “Doing” (hacer cosas, generar textos, planificar, producir algo) y “Expressing” (expresión personal, creatividad, reflexión). Aproximadamente 49 % de las interacciones son “Asking”, 40 % “Doing”, y 11 % “Expressing”.
Más datos jugosos
Solo 4.2 % de los mensajes son consultas técnicas o de programación. Sí, toda esa primera aproximación sobre que Chat GPT va a reemplazar a los trabajadores tech parece estar sobredimensionada si miramos éste número.
Las consultas relacionadas con reflexión personal, relaciones interpersonales, soporte emocional son mínimas: alrededor del 1.9 %. Respiran los psicólogos, por ahora. Juegos, role-play y demás cosas relacionadas, aún menos.
Otra novedad es que los países de ingresos bajos y medios crecen muchísimo más rápido que los más ricos. La herramienta se está democratizando. Aquella exclusividad tecnológica que parecía solo para Silicon Valley hoy llega a rincones menos esperados. Según el documento, Argentina se posicionó entre los países latinoamericanos con mayor nivel de adopción y desarrollo vinculado a la IA, impulsada por una comunidad joven, creativa y con una rápida capacidad de adaptación a las nuevas herramientas digitales.
¿Y por qué este cambio importa? Porque revela que Chat GPT ya no es un lujo intelectual: es un asistente personal. Eso cambia cómo vivimos.
Además, al estar integrado en lo cotidiano, ofrece beneficios que no siempre se ven: ahorro de tiempo, apoyo para quienes estudian, ayuda a expresarse mejor, aliviar esos pequeños momentos de duda, inseguridad, necesidad de decidir algo. No reemplaza emociones, pero acompaña decisiones.
También hay un valor económico: tareas que antes implicaban búsqueda tediosa ahora se resuelven rápido; creación de textos, mensajes, ideas… todo eso libera recursos cognitivos. El informe de Open AI lo define: el uso personal genera “valor económico” aunque no se refleje directamente en un salario o una medición de productividad convencional.
Algunas advertencias
No todo es brillante. Uso frecuente puede crear dependencia emocional: muchos usuarios reportan que recurren a Chat GPT para tareas que antes hacían solos, lo que plantea preguntas sobre autonomía. El informe señala además que aunque los jóvenes usan mucho la herramienta, para lo personal, en lo profesional se estabiliza.
Y claro: privacidad, contexto, errores. Chat GPT no es infalible. A veces da información incorrecta, a veces interpreta mal lo que preguntás, a veces se usa para cosas que funcionarían mejor con una charla con alguien que te conoce. Sigue siendo una herramienta, no una solución mágica.
Este crecimiento indica algo fuerte: que la gente confía en la IA para lo íntimo, lo cotidiano, lo personal. Y eso merece que lo reflexionemos: qué usamos, cuándo, cómo, para qué.
La tecnología como compañera de vida
Lo que empezó como experimento tecnológico se transformó en una extensión del pensamiento diario. No es que ahora vivamos pegados más al teclado o al teléfono, sino que cada vez más usamos esa voz digital para resolver lo pequeño, lo urgente, lo personal. Y eso, en su modo silencioso, es revolucionario.