Un proyecto nacido en Bariloche acaba de recibir un reconocimiento clave en el Agtech Demo Day del 32º Congreso de Aapresid, que se realizó del 7 al 9 de agosto en La Rural de Buenos Aires. Se trata de EIRU, una startup de base científica que desarrolló una herramienta para medir biodiversidad en sistemas productivos y naturales, utilizando tecnología accesible y rigurosidad científica.
El equipo, liderado por investigadores y desarrolladores con raíces en la región, logró destacarse entre otras startups finalistas de gran trayectoria y financiamiento. La propuesta innovadora —que combina imágenes satelitales, sensores de campo y modelos predictivos— busca enfrentar uno de los problemas más graves de la actualidad: la pérdida de biodiversidad. “La idea es medir para poder regenerar. Porque lo que no se mide, no se puede gestionar ni recuperar”, aseguran desde la empresa.
Una idea que nació en la Patagonia
EIRU fue cofundada por Fernanda Santibañez, y Lucas Garibaldi —ambos doctores en Ciencias Agrarias y Ciencias Agropecuarias respectivamente, investigadores CONICET y docentes en la Universidad Nacional de Río Negro. “Estábamos motivados por tratar de solucionar el principal problema ambiental que es la destrucción de la biodiversidad, de la diversidad de vida”, relata Lucas.
Lo innovador de EIRU es que desarrollaron un Sistema de Monitoreo, Reporte y Verificación (MRV) que permite medir biodiversidad de forma precisa, escalable y económica. “Medir biodiversidad es muy caro: requiere viajes a campo, contratación de expertos, determinaciones en laboratorio. Por eso desarrollamos una tecnología que sea rigurosa, pero también accesible”, explica Garibaldi.
Según la descripción, aplican un protocolo se basa en tres pilares: Imágenes satelitales, que permiten observar cambios en el uso del suelo; sensores de audio desarrollados por EIRU, que detectan la actividad y diversidad de polinizadores, especialmente abejas; y modelos predictivos, que simulan escenarios futuros y ayudan a prever el impacto ambiental de ciertas decisiones productivas.
Los datos obtenidos se procesan y simplifican en una plataforma que facilita la toma de decisiones, permite cumplir con certificaciones internacionales y puede aplicarse tanto en campos propios como en cadenas de valor o zonas de influencia.
Reconocimiento nacional para una solución global
La reciente distinción otorgada en el Agtech Demo Day, dentro del Congreso Aapresid, significó un espaldarazo para la startup patagónica. “Este premio le da mucha visibilidad y validación a la idea, pero también a la práctica, porque ya estamos trabajando con clientes”, explica Lucas.
EIRU fue reconocida como una de las propuestas más destacadas en sostenibilidad, pese a competir con otras startups que tienen financiamiento millonario. “Había empresas con rondas de más de 10 millones de dólares. Que se haya valorado el problema que abordamos y la solución concreta que proponemos, es una gran alegría”, celebra.
Para el investigador, lo que destacó a EIRU fue “abordar un problema real, de importancia ambiental y social, y ofrecer una solución factible, avanzada, con potencial. La pérdida de biodiversidad no está lo suficientemente abordada, y nuestra propuesta viene a llenar ese vacío”, afirma.
Desde el sur, con ciencia
Emprender desde la ciencia en Argentina no es tarea sencilla. “Es muy lindo y muy desafiante a la vez”, reconoce Lucas. “Hay muchas oportunidades, pero es muy difícil encontrar financiamiento, sobre todo para empresas de base tecnológica como la nuestra. No hay un apoyo claro a este tipo de iniciativas”.
Aun así, desde la Patagonia, el equipo de EIRU sigue creciendo con alianzas, nuevos desarrollos y una visión ambiciosa: convertirse en el estándar global para medir biodiversidad. “Valoramos profundamente que se reconozca una solución como esta, pensada y desarrollada desde el sur, pero con impacto internacional”, concluye.