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Jueves 21 de Agosto, Neuquén, Argentina
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La cantante lírica neuquina que suena fuerte en los escenarios de Europa

La soprano Agustina Calderón brilla en Austria, donde integra el coro estable de la Ópera de Graz y sueña con ser solista. “Vivo prácticamente en el teatro”, contó. Entre ensayos y presentaciones, extraña el río Limay, el mate y las empanadas.

Jueves, 21 de agosto de 2025 a las 19:07
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Agustina Calderón cursó la Maestría en Ópera y Teatro Musical en la prestigiosa Universidad de Mozarteum.

A un año de su última visita a la Argentina, la cantante lírica neuquina Agustina Calderón vive una etapa de pleno crecimiento artístico en Europa. Radicada en Graz, Austria —cerca de la frontera con Eslovenia e Italia—, integra desde hace tres temporadas el coro estable de la Ópera de Graz, donde se presenta entre tres y cuatro veces por semana.

“Vivo prácticamente en el teatro, es mi segunda casa”, contó en diálogo con el programa Entretiempo por AM550. Allí participa en óperas, operetas y conciertos, y ya tuvo pequeños roles solistas, como en Tannhäuser, de Wagner. Pero su meta está clara: “Sigo construyendo mi sueño de ser solista. Es un camino de todos los días y nunca se termina el perfeccionamiento. La exigencia es muy importante”.

Formada en Neuquén, Córdoba y Buenos Aires, Calderón dio el salto a Europa para estudiar una maestría en ópera en la Universidad Mozarteum de Salzburgo. “Mi ambición era más grande que las ganas de quedarme. Tenía muchas ganas de seguir perfeccionándome y acá hay una industria más estable donde hay trabajo, aunque la exigencia es muy alta”, explicó.

Agustina con el Maestro Andrés Tolcachir, director de la Orquesta Sinfónica, en su última actuación en Neuquén, en septiembre de 2021 en el Cine Teatro Español en el que ofrecieron el concierto “Mozart & Haydn”.

Su disciplina es férrea: cuando no está en el escenario o en ensayo, ocupa las aulas del teatro para estudiar con piano. “Siempre hay que estar listo para la próxima oportunidad”, afirma. Y en su repertorio, hay un compositor que considera clave: “Es sano cantar Mozart. Parece fácil, pero requiere un tecnicismo muy delicado y un manejo de la técnica perfecto. Es una gran escuela”.

“Vivo prácticamente en el teatro, es mi segunda casa”, confesó Agustina Calderón.

La vida de Agustina, conocida como "Tini" no ha sido la misma desde aquel viaje a Europa, en octubre de 2018, junto a una amiga del colegio Don Bosco, donde cursó la primaria y secundaria. Por ese entonces, todos sus sentidos y deseos estaban enfocados en prepararse para ingresar al Instituto Superior de Arte del Teatro Colón. Había llegado a la ciudad de Buenos Aires después de empezar a estudiar guitarra a los 8 años en un estudio de la calle Alderete en la ciudad de Neuquén donde vivió su infancia y adolescencia en una casa a la orilla del río en el barrio Jardines del Rey.

Un tiempo después tomó clases de comedia musical en la academia Desafíos dirigida por Evelyn Jenkins, y a pesar que tomaba clases de danza y de actuación, se destacaba en el canto. Mientras cursaba el último año del secundario, por la tarde cursaba en el Instituto Universitario Patagónico de Artes (IUPA) en General Roca donde estudiaba canto lírico.

Aunque disfruta de los atractivos europeos, Agustina desea estar paseando por la costa del río Limay.

Cuando terminó el secundario, continuó en el IUPA un año y medio más pero la necesidad de profundizar su vocación la llevó a tratar de encontrarlo en la escuela de música en Córdoba donde realizó dos carreras, el profesorado de música y la tecnicatura de canto.

Tampoco su vida fue la misma cuando hace quince años atrás, después de una presentación de una comedia musical en Desafíos, África De Retes, que había sido docente y cantante lírica en el Teatro Colón, que estaba entre el público le comentó que contaba con muchas condiciones sobre todo para dedicarse a la ópera. Lo que le dijo la docente le impactó porque ella quería hacer justamente eso. Alguna vez "Tini" contó que en esos años admiraba a Anna Netrebko, una cantante lírica ruso-austriaca. Por entonces, empezó a pensar en hacer comedia musical con orientación lirica. 

“Caminaría por la costa del río, con mate, paseando con mi hermana y las perras o tomando sol en casa con mis papás. Y pediría empanadas, porque acá no hay, y eso es muy triste”, confesó.

Se preparó durante dos años para ingresar al Colón. Estaba convencida que ese era su futuro. A pesar de la dedicación, el esfuerzo y el estudio, no pudo superar el examen final para ingresar. Pero antes de esa frustración, en ese iniciático viaje a Europa, se le había abierto una puerta que cambiaría su destino. Con su amiga Mariana que vivía en Irlanda habían decidido recorrer algunas ciudades europeas pero, sobre todo, hacer “la ruta de la ópera”. Llegaron a Salzburgo y después de conocer la casa y museo de Mozart, peregrinación obligada para cualquier amante de la música clásica, se fueron a tomar una cerveza en un bar. En el bar se dio la oportunidad de cantar dos arias de ópera. Al terminar de cantar, un hombre, que tenía un ensamble de tango, se le acercó y le dijo que si se dedicaba al canto tenía que ir a la Universidad de Mozarteum en Salzburgo.

“Es sano cantar Mozart. Parece fácil, pero requiere un tecnicismo muy delicado y un manejo de la técnica perfecto. Es una gran escuela”, dijo "Tini".

Se dijo que si le iba mal en el Colón vendería todo y se iría a vivir a Salzburgo. Un tiempo después concretó esa posibilidad y, con el apoyo de sus padres, comenzó la Maestría en Ópera y Teatro Musical en la prestigiosa universidad austríaca.

El precio de esa vida es la distancia. Agustina extraña su ciudad natal y no duda al describir qué haría si estuviera hoy en Neuquén: “Caminaría por la costa del río, con mate, paseando con mi hermana y las perras o tomando sol en casa con mis papás. Y pediría empanadas, porque acá no hay, y eso es muy triste”, confesó entre risas.

La artista espera volver a Neuquén el próximo año y sueña con reencontrarse con el público neuquino. “Lo importante es que uno no se quede con ganas. Hay que construir lo que uno quiere hacer con paciencia. A veces se puede, a veces no, pero siempre hay que intentarlo”, concluyó.

 

 

 

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