River Plate se trasladó este viernes a Córdoba, a 695 kilómetros de Buenos Aires, con la misión de enfrentar a Talleres en un partido decisivo para su clasificación a la Copa Libertadores 2026. La tensión del encuentro dependerá en gran medida del resultado que se registre en el duelo previo entre Argentinos Juniors y Newell’s Old Boys, que definirá si el equipo de Marcelo Gallardo mantiene la tercera posición en la tabla anual.
Si Argentinos Juniors logra imponerse sobre Newell’s, River deberá ganar en Córdoba para recuperar y sostener ese tercer puesto, que le garantiza un lugar directo en el torneo continental sin necesidad de disputar eliminatorias. En cambio, un triunfo de Newell’s le daría algo de aire al conjunto de Marcelo Gallardo, aunque la necesidad de sumar puntos seguirá siendo imperiosa para frenar la caída en su rendimiento.
El contexto es delicado para River, que llega al partido en medio de una racha negativa que ha provocado una pérdida de confianza y puntos valiosos en el año, incluyendo derrotas ante Talleres, Platense, Monterrey y Palmeiras. La reciente caída frente a Sarmiento de Junín profundizó las críticas y las dudas entre los hinchas, generando un ambiente de presión en el Monumental.
Gallardo y su cuerpo técnico saben que mantener o mejorar la tercera posición es crucial no solo desde lo deportivo sino también desde lo económico. Según la clasificación anual, si River termina como el tercer mejor equipo, deberá superar dos rondas de mata-mata para ingresar a la fase de grupos de la Libertadores. Estos cruces generan ingresos significativos: u$s 500.000 por partido en fase 2 y u$s 600.000 en fase 3, con posibles aumentos para 2026. Además, avanzar a la fase de grupos implica una ganancia extra de u$s 1 millón por encuentro y otros u$s 330.000 por mérito deportivo.
La importancia de participar en la Copa Libertadores trasciende el aspecto económico. La ausencia en el torneo podría afectar el ranking internacional del club, lo que influye en la asignación de plazas para futuros torneos y la posibilidad de disputar el Mundial de Clubes. Esta situación se evidenció en Boca Juniors, que en 2024 debió esperar sin margen para asegurarse un lugar en el Mundial de Clubes de Estados Unidos.
Por ello, River tendrá doble atención este fin de semana: por un lado, el resultado en La Paternal y, por otro, la necesidad de frenar la sangría de puntos y recuperar el nivel competitivo que lo mantuvo en la élite continental desde 2015. La presión será alta, pero el club sabe que la continuidad en la Libertadores es una cuestión de estado que impacta en su prestigio y estabilidad financiera.