La tristeza se adueñó de La Boca. Desde las primeras horas de la mañana, una multitud de hinchas comenzó a reunirse frente a Brandsen 805 para despedir a Miguel Ángel Russo, el histórico entrenador que falleció este miércoles tras una larga lucha contra el cáncer.
El Hall Central de La Bombonera se convirtió en un lugar de recogimiento, emoción y respeto. Con camisetas, banderas y flores, miles de simpatizantes de Boca y también de otros equipos se acercan para rendir homenaje al técnico que supo ganarse el corazón del pueblo Xeneize.
Las puertas del estadio se abrieron a las 10 de la mañana y permanecerán abiertas hasta las 22, mientras que el viernes el velatorio continuará entre las 10 y las 12 del mediodía. En un comunicado oficial, Boca Juniors informó que “por pedido de la familia, no está permitido tomar fotos ni grabar videos dentro del recinto” para preservar la intimidad del momento.
Russo, de 69 años, fue mucho más que un entrenador. Exjugador de Estudiantes de La Plata, comenzó su carrera como DT en 1989 y dejó su sello en cada club que dirigió. Pero fue en Boca donde alcanzó la gloria eterna, consagrándose campeón de la Copa Libertadores 2007 y regresando años más tarde para volver a darle identidad futbolística al equipo.
Hoy, el fútbol argentino lo despide con respeto, admiración y lágrimas. En cada aplauso y en cada bandera que flamea frente a La Bombonera se resume el legado de un hombre que vivió por y para el fútbol.