La noche de Las Vegas quedará en la historia no solo por el resultado arriba del ring, sino también por lo que ocurrió después. Terence Crawford (42-0, 31 KO) se convirtió en campeón indiscutido de los supermedianos tras vencer por decisión unánime a Saúl “Canelo” Álvarez (63-3-2, 39 KO), en un combate que reunió a más de 70 mil personas en el Allegiant Stadium y que, según adelantó la organización, será reconocido como el evento más visto en la historia del boxeo profesional.
El estadounidense, que saltó dos categorías para retar al mexicano, dominó de principio a fin y convenció a los jueces con tarjetas de 115-113 (x2) y 116-112. Con este triunfo, Crawford se suma a la lista de campeones indiscutidos en tres divisiones: superligero (2017), welter (2023) y ahora supermediano (2025).
Pero lo más comentado de la noche llegó después. Mientras Canelo hablaba en conferencia de prensa, Crawford apareció con los cinturones que le había arrebatado minutos antes y se los entregó en un gesto de respeto y reconocimiento hacia el boxeador mexicano. Un acto que sorprendió a todos y que reflejó la grandeza deportiva de “Bud”, quien dejó en claro que la rivalidad termina cuando suena la campana final.
Canelo, la superestrella del boxeo moderno, sumó la tercera derrota de su carrera, tras Floyd Mayweather, Dmitry Bivol y ahora Crawford, pero se llevó el consuelo del respeto de su rival, en una noche que ya quedó grabada en la memoria del deporte mundial.