Novak Djokovic se convirtió en copropietario del Le Mans FC, un equipo histórico de Francia que milita en la Ligue 2. El movimiento marca un nuevo capítulo en la vida del serbio, que decidió expandir su influencia hacia otro de sus deportes favoritos.
La operación se concretó a través del fondo brasileño OutField, que lidera el consorcio encargado de revitalizar al club. Allí, Djokovic comparte sociedad con dos figuras de renombre en el automovilismo: los ex pilotos de Fórmula 1 Felipe Massa y Kevin Magnussen, quienes también se sumaron como accionistas del proyecto.
La apuesta es dotar al Le Mans de proyección internacional, con la fuerza mediática de nombres que trascienden disciplinas. “Djokovic, el jugador más laureado de la historia, es un hombre cuya fuerza mental y enfoque único aportarán un valor añadido considerable”, destacó el club en su comunicado oficial, subrayando el impacto que puede tener su incorporación.
El vínculo de Djokovic con el fútbol no es nuevo. Gran admirador del deporte desde su infancia, el serbio nunca ocultó su pasión por clubes como el Estrella Roja de Belgrado, ni su cercanía con jugadores de élite a lo largo de su carrera. Ahora, esa afinidad se transforma en un compromiso directo con la gestión y el futuro de una institución centenaria.
Ubicado a unos 200 kilómetros de París, Le Mans FC vivió sus mejores años entre 2003 y 2010, cuando logró competir en la Ligue 1 y albergar figuras como Didier Drogba o Gervinho en sus inicios. Sin embargo, la última década estuvo marcada por descensos y problemas financieros.
Con este movimiento estratégico, Djokovic y sus socios buscan devolver al club a los primeros planos. La inyección económica y mediática se da justo en el 40° aniversario del Le Mans, que ahora apunta a recuperar prestigio y reinsertarse en la élite del fútbol galo.