EDITORIAL RIONEGRINA
Elijo creer, la necesitada revolución productiva
Weretilneck jugó una carta fuerte para recomponer una gestión que arrancó complicada, ahora solo resta que por fin las industrias elijan Río Negro.En el viejo y hoy olvidado socavón de la mina de Hipasam se anunció la revolución productiva y también el salariazo. El cierre, pocos años después, se llevó los sueños más de la mitad de la población de Sierra Grande. La pequeña localidad hoy vuelve a ilusionarse, también lo hace una provincia que, sucumbida históricamente en la deuda, necesita de manera urgente radicación de industrias y generación de recursos genuinos. El "elijo creer", que se hizo fuerte en el Mundial de Qatar, tiene su correlato en la situación actual de Río Negro, hoy noticia en todos los medios nacionales por ser sede de la mayor inversión de la historia argentina con la planta de GNL.
Hipasam fue la mina subterránea más grande de Latinoamérica. A más de 500 metros de profundidad aún hay unos 96 kilómetros de túneles. El desarrollo de la empresa estatal duró unos 20 años, pero en la década de 1990, la política privatizadora de Carlos Menem se llevó el sueño de miles de serranos. El propio riojano en campaña en el pueblito del sur este de la provincia había prometido la revolución productiva y salariazo. Sierra Grande pasó de casi 25 mil habitantes, a poco menos de 10 mil, cifra que se mantiene hasta hoy.
Desde ese cierre, siempre los gobernantes rionegrinos intentaron generar alternativas para que Sierra Grande sea algo más que el pueblo que está antes de llegar a Puerto Madryn. Las inversiones chinas que se anunciaron en épocas de Néstor Kirchner, en uno de los pocos lugares que se hicieron realidad fue en Río Negro. La minera MCC se hizo cargo de la mina, pero en 2016 decidió abandonar el negocio cuando los gastos superaron las ganancias. Ellos volvieron a utilizar el puerto de Punta Colorada.
La falta de desarrollo en Sierra Grande siempre fue un tema urticante para cualquier gobernador rionegrino. Hasta el propio Weretilneck acordó con la gestión de Mauricio Macri instalar una central nuclear financiada con capitales chinos. Pero la resistencia popular evidenciada en una pésima elección PASO previa a la de medio tiempo de 2017, que obligó a bajar la candidatura de diputado Nacional de Fabián Gatti, dejó esta idea en la nada.
La sucesión de anuncios sobre proyectos que cambiarían la matriz nacional y que nunca lograron ser más que eso, también tiene como protagonista a Sierra Grande. A la olvidada central nuclear, que tendría unos 8 mil millones de dólares de inversión y 4 mil puestos laborales, en 2017; hay que sumarle la mega inversión de Hidrógeno Verde, una bandera que levantó la ex gobernadora Arabela Carreras y que tampoco se hizo realidad: 8.500 millones de dólares que la empresa australiana Fortescue pensaba destinar a un parque eólico, la planta para separar el hidrógeno del oxígeno y adecuar el puerto minero de Punta Colorada. Hoy la empresa está ejecutando un desarrollo similar en Brasil.
También otras regiones de Río Negro se entusiasmaron en su momento con las estruendosas promesas. El proyecto Potasio Río Colorado, era un desarrollo de la brasileña Vale. Si bien la mina esta en Mendoza, la intención era extraer el material y trasladarlo por tren hasta Bahía Blanca, por lo que tenía que hacer un ramal entre Cervantes-Rincón de Los Sauces y el yacimiento Río Pinto del otro lado del río Colorado. Una inversión de unos mil millones de dólares que duró unos años hasta que se abortó en marzo de 2013. La falta de previsibilidad y los constantes pedidos de los municipios por donde pasaría el ferrocarril, a cambio de permisos y cesiones, los hizo escapar. Llegaron a exigir hospitales de alta complejidad o asfalto para los pueblos.
Vaca Muerta también sumó un proyecto para trasladar insumos desde Bahía Blanca a Añelo con un ferrocarril. Fue en la presidencia de Macri que se anunció el Tren Norpatagónico, pero fracasó por la falta de interés de las empresas y la crisis financiera. Alberto Fernández lo desempolvó en 2020, aseguró que la inversión de 784 millones de dóllres llegaría desde China, pero se frustró.
Nadie duda la importancia que tiene la decisión tomada por unanimidad por el directorio de YPF para que la planta de GNL se haga en Punta Colorada con el respaldo del presidente Javier Milei. Los números son impactantes. Además de la inversión de más de 30 mil millones de dólares, lo mismo que demandó hasta ahora Vaca Muerta, en caso de que los plazos se cumplan, las exportaciones de gas por el viejo puerto minero podrían significar una cifra similar de divisas en gas, lo mismo que hoy exporta la Pampa Húmeda. Además de la rentabilidad que podrá tener la exportación de crudo desde el Golfo de San Matías, con el oleoducto Vaca Muerta Sur que está en ejecución por parte de YPF y el futuro puerto, con una inversión cercana a los 3 mil millones de dólares.
Ante tantos fracasos y con la necesidad urgente de recursos, Weretilneck apuesta en su tercera gestión cerrar acuerdos trascendentes. El primero lo consiguió el pasado martes, su pragmatismo fue imprescindible para lograrlo. Ahora va en búsqueda de concesiones sociales como la minería en la Línea Sur. El proyecto emblemático y siempre postergado es Calcatreu cerca de Jacobacci, en la Meseta de Somuncurá, con la promesa de 400 puestos laborales, el uso de 2.500 metros cúbicos de agua y la utilización de cianuro. En total son 53 proyectos en diferentes etapas de desarrollo.
La única verdad es la realidad, parafraseó a alguien el general Juan Perón hace ya varias décadas. Lo real y lo concreto es que la gente que vive en Río Negro tiene una enorme demanda de trabajo. Los pueblos alejados de la Línea Sur o de la zona Atlántica sufren a diario el exilio de sus vecinos. En algunos casos la migración es a Bariloche o al Alto Valle para después saltar el puente y llegar a Neuquén. Hoy una nueva promesa les devuelve los sueños de crecer y desarrollarse en la tierra en la que nacieron. Por eso, una vez más, eligen creer.