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Domingo 19 de Octubre, Neuquén, Argentina
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El regreso de Estados Unidos a América Latina: China, Venezuela y el rescate a Milei

Detrás de los esfuerzos de Trump por poner fin a conflictos en Medio Oriente y Europa se esconde su verdadera obsesión estratégica: contener la expansión china en América Latina.

Domingo, 19 de octubre de 2025 a las 10:31
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Argentina, el aliado mas importante de Trump en la región
Trump quiere frenar la guerra en Ucrania
Estados Unidos sigue atacando embarcaciones "narcos" venezolanas en el mar Caribe
Puerto de Chancay en Perú construido por China

Con el alto el fuego en la Franja de Gaza, Donald Trump alcanzó su principal éxito en política internacional, aunque Estados Unidos mantiene su decisión de seguir desenganchándose de Medio Oriente. Y envalentonado por haber frenado la guerra entre Israel y Hamas, Trump habló con Putin por teléfono y con Zelenski, y volvió a prometer lo que más lo obsesiona: el fin del conflicto en Ucrania. Sin embargo, reiteró que no está dispuesto a poner más armas ni más dinero porque, como siempre lo dijo, esa guerra es un asunto europeo. A esto hay que sumarle que Trump tampoco se mete demasiado en lo que hace China en el Mar de China Meridional, donde Beijing gana influencia a la fuerza mientras aliados de Estados Unidos, como Taiwán, se inquietan. Pero lo que sí mira Estados Unidos es a América Latina, y esta semana tuvimos claras muestras de eso.

El foco en “el patio trasero”

La presión sobre el régimen de Nicolás Maduro crece rápidamente. Mientras las fuerzas navales desplegadas en el Caribe siguen atacando a las embarcaciones que Estados Unidos considera vinculadas al narcotráfico, Trump autorizó a la CIA a hacer operaciones en tierra. Esto abre la puerta, dicen los especialistas, a que se empiecen a atacar objetivos relacionados con el narcotráfico dentro de Venezuela. ¿Estará incluido Maduro o miembros de su círculo más estrecho dentro de esos objetivos, teniendo en cuenta que para Estados Unidos son partes del Cartel de los Soles, una organización criminal que se dedica, entre otras cosas, al narcotráfico?

El rescate económico al gobierno de Javier Milei también revela cómo la región vuelve a ser prioridad para Estados Unidos después de mucho tiempo. Hay un mensaje claro: a mis aliados ideológicos que se alinean incondicionalmente con nosotros, todo; al resto, nada. El resto es el Brasil de Lula, la Colombia de Petro y el Chile de Boric. Pero más que nada es un mensaje a lo que podría venir: en esos tres países hay elecciones entre este año y el próximo. Se trata de un mensaje al electorado para que apoyen a candidatos alineados con el trumpismo. El mensaje al votante argentino fue explícito.

Sin embargo, es una estrategia que no le viene dando resultados: en Canadá y en Australia los candidatos que se pegaron a Trump perdieron. En Brasil, Lula creció en las encuestas después de que Trump se metió en la política interna y les puso los aranceles más altos del mundo. Veremos si impacta en Argentina y qué pasa en Colombia y Chile.

La región como parte de una disputa mayor

Pero, sobre todo, Estados Unidos mira hacia América Latina porque le preocupa el despliegue chino en la región, especialmente en materia financiera, en infraestructura y en inversiones en sectores estratégicos. En ese sentido, Argentina, intrascendente para Estados Unidos durante muchos años, hoy tiene importancia, porque tiene lo que necesita: litio (es el segundo productor del mundo) y gas y petróleo no convencional. Trump quiere que las empresas norteamericanas tengan un rol preponderante en esas áreas, y que corran a las chinas.

Estados Unidos ve con alarma el dominio chino sobre la producción de minerales de tierras raras. De ahí salen materias primas que se usan para la fabricación de, entre otras cosas,  celulares, computadoras, autos eléctricos, misiles, turbinas eólicas y satélites. El que tiene el control, tiene ventaja, y es China quien concentra un 80 por ciento de la extracción y procesamiento de las tierras raras. Trump parece haber llegado tarde.

También están en juego las infraestructuras clave para controlar pasos bioceánicos, el Atlántico Sur, la Antártida, y vías navegables esenciales para el comercio: Estados Unidos quiere evitar que los chinos sigan construyéndolas y luego gestionándolas. En eso piensa Estados Unidos cuando no escatima en gestos y en ofrecer instrumentos financieros creativos para salir al rescate de la economía argentina.

América latina, en la agenda geopolítica de Estados Unidos

En definitiva, el esfuerzo y la dedicación que está poniendo Trump para frenar las guerras en Medio Oriente y Europa responden más a una ambición personal, que hay que reconocer y celebrar, de frenar las guerras, que a querer volver a tener influencia lejos de Estados Unidos poniendo soldados y dinero. No lo desmotivó no ganar el Premio Nobel de la Paz este año: quiere el del año que viene.

La estrategia de Estados Unidos mira hacia su propio continente. No fueron casualidad sus opiniones sobre Canadá y Groenlandia, ni las gestiones de Marco Rubio para retomar el control de la operación del Canal de Panamá a principios de su segundo mandato. Tampoco su embestida contra Maduro, a quien quiere sacar del poder asfixiándolo cada vez más a él, pero, sobre todo, a su entorno, mediante una presión que, si bien no incluye una invasión, algo que quiso hacer en su primer mandato y que las máximas autoridades de Defensa de Estados Unidos le desaconsejaron enérgicamente, sí parece contemplar todos los recursos a su alcance. Ese movimiento envía también un mensaje a sus enemigos lejanos que vienen sosteniendo a Maduro, como Rusia e Irán. Y obviamente China, el principal motivo que explica que Estados Unidos mire ahora con especial atención y preocupación a América Latina.

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