Después de meses de tregua mediática, Wanda Nara volvió a hablar y, una vez más, sus palabras resonaron fuerte. Invitada al programa de streaming de Olga, la empresaria respondió sin rodeos sobre un tema que la incomoda desde hace tiempo: la posibilidad de que sus hijas regresen a Turquía para vivir junto a Mauro Icardi y su actual pareja, Eugenia China Suárez.
La pregunta llegó casi al pasar, pero bastó para encender la mecha. “¿Existe la posibilidad de que tus hijas vuelvan a Estambul para vivir con su papá?”, le consultaron. Fiel a su estilo frontal, Wanda Nara no esquivó la respuesta y lanzó una frase que dejó helado al panel: “La restitución, esa famosa de la que hablan, es que vuelvan mis hijas a vivir allá, pero conmigo”. El énfasis no pasó desapercibido y marcó el tono de la conversación.
La conductora de MasterChef Celebrity fue más allá y, sin nombrarla directamente, apuntó contra la mujer con la que protagonizó uno de los escándalos más recordados de los últimos años. “No hay manera de que mis hijas vivan con la que fue la amante de él y actual (ahora), y no tengan a su mamá”, afirmó, dejando claro que, si de ella depende, esa posibilidad está completamente descartada.
Sus declaraciones se viralizaron de inmediato. En redes, el nombre de la conductora volvió a convertirse en tendencia y reavivó el conflicto que, en su momento, dividió a todo el mundo del espectáculo. Muchos interpretaron sus palabras como una respuesta directa a las recientes publicaciones de Eugenia, quien días atrás había compartido mensajes sobre “la familia elegida” y “la paz después del caos”.
En paralelo, el futbolista continúa su vida en Estambul, mientras las hijas que tiene con Wanda Nara, Isabella y Francesca, permanecen en Buenos Aires junto a su madre. La empresaria aseguró que, por el momento, su prioridad es mantener la estabilidad emocional de las niñas. “Mi familia está bien así”, habría comentado a su círculo más íntimo.
El comentario, sin embargo, fue interpretado también como una advertencia. Para muchos, Wanda Nara aprovechó el espacio para dejar en claro que el pasado no está del todo cerrado. Y aunque evitó pronunciar el nombre de la China Suárez de manera explícita, la frase “la que fue la amante” bastó para que todos entendieran a quién se refería.
Con este nuevo capítulo, Wanda Nara demuestra que la herida mediática del Wandagate todavía no cicatrizó del todo. Su postura, firme y emocional, reabre un tema que parecía archivado, y confirma que, cuando se trata de sus hijas, está dispuesta a enfrentarse a cualquiera. Y sí, incluso a la China Suárez.