La trama de “La Mujer del camarote 10” gira en torno a Laura “Lo” Blacklock (interpretada por Keira Knightley), una periodista que viaja en el crucero de lujo Aurora Borealis para cubrir su viaje inaugural. Lo que comienza como una oportunidad profesional se transforma en una pesadilla cuando cree presenciar un asesinato en el camarote contiguo al suyo. Pero cuando alerta a la tripulación, nadie la cree: no falta ningún pasajero y la cabina 10 parece no haber sido ocupada.
El relato se sumerge en un juego psicológico que pone en duda la cordura de la protagonista. Entre recuerdos borrosos, ansiedad y desconfianza, Laura se convierte en una figura atrapada tanto por la claustrofobia del barco como por sus propios miedos. Así queda planteado el dilema para el espectador: ¿fue real lo que vio o todo es producto de su mente?
Visualmente, la película destaca por su cuidada fotografía y colorimetría fría, donde predominan los tonos azulados y grises que refuerzan la sensación de aislamiento y tensión constante. La cámara recorre los pasillos estrechos del barco con planos cerrados, casi opresivos, que transmiten la angustia y la incertidumbre de la protagonista.
El trabajo de dirección de Simon Stone equilibra el ritmo entre la intriga y la introspección. Cada plano, cada silencio y cada mirada contribuyen a una narrativa donde el agua y el metal del barco se convierten en reflejos de una mente fracturada. El diseño de sonido, sutil pero preciso, amplifica los ruidos del mar y los pasos a medianoche, logrando un efecto de inmersión total.
El elenco completa una fórmula ganadora. Guy Pearce, Hannah Waddingham, Kaya Scodelario, David Ajala y Art Malik aportan capas de sospecha a un guion que nunca permite confiar plenamente en ningún personaje. Todos parecen esconder algo.
A poco de su estreno, “La Mujer del camarote 10” se ubica entre las producciones más vistas de Netflix a nivel global, confirmando el poder de atracción de los thrillers psicológicos bien construidos. Con un final que deja más preguntas que respuestas, el filme se consolida como una de las apuestas más efectivas del año para los amantes del misterio y el suspenso.